El ex secretario de de la SIDE durante el gobierno de Eduardo Duhalde Miguel ngel Toma señaló, al referirse al caso político-policial que por estos días conmueve al país, que “ningún oficial de inteligencia actúa si no es con un consentimiento político”. Dijo que había una “profunda interna” dentro del Gobierno en relación a los servicios de inteligencia, y que, en ese contexto, hay que leer la muerte del fiscal Alberto Nisman.

En diálogo con radio Rock and Pop, Toma sostuvo que si se observan los presupuestos de los últimos cuatro años se observa que Cristina Kirchner decidió ir vaciando de contenido, funciones y presupuesto a la Secretaria de Inteligencia (SI) para ir transfiriéndola a la Inteligencia Militar. “Esto significaba que la Presidenta estaba perdiendo confianza en quienes conducían la SI y estaba transfiriendo funciones a la Inteligencia Militar para que hiciera espionaje interno, cosa que está absolutamente prohibida por ley”.

El jefe de la SIDE resaltó que“ningún oficial de inteligencia actúa si no es con un consentimiento político”. E insistió en que “había una profunda interna dentro del Gobierno en relación a los servicios de inteligencia” y que “en ese contexto hay que leer la muerte de Nisman”.

“Hubo una interna política”, insistió. “Esto es consecuencia de la ausencia de una conducción que no cumple con los objetivos que tiene que cumplir porque privilegia antes dirimir una interna política dentro del Gobierno de utilizar la estructura de inteligencia en función de resolverle los problemas a la gente”, agregó.

En una entrevista que brindó al diario El País de Uruguay, el ex legislador justicialista no dudó al señalar que “lo de Nisman fue un homicidio. No importa si el gatillo lo apretó un sicario, un yihadista o la propia víctima”.

Para Toma, el fiscal murió porque alguienno quería que se expresara frente al Congreso mostrando las pruebas que tenía de la brutal denuncia que había hecho”. “Las responsabilidades recaían sobre el Gobierno argentino. También sobre el Gobierno iraní. Fue un homicidio”, reiteró.

Por último, al relatar cuál fue la primera sensación que tuvo cuando se enteró de la muerte del fiscal, contó: “Cuando me enteré de la noticia, sentí que de nuevo en la sociedad Argentina se había instalado el olor a pólvora y el estampido de los disparos como una metodología que volvía a ocupar la escena política argentina. Sentí que estábamos de nuevo en la década del 70”.