

En su último informe diario sobre el panorama local, la consultora Delphos proyectó nuevos máximos para el Merval, con inversores extranjeros “retomando” posiciones gradualmente.
Durante la última semana salieron a la luz los últimos reportes trimestrales que los principales inversores institucionales estadounidenses presentaron ante la SEC.
Allí, quedó claro algo que venía rumoreándose pero que pocos habían dimensionado: las figuras más pesadas de la inversión institucional en Estados Unidos se bajaron de Argentina justo antes de las elecciones legislativas.
Stanley Druckenmiller y Rob Citrone, dos nombres que no necesitan presentación en Wall Street, lideraron una salida masiva que habla más de estrategia que de pánico, pero que igual dejó al mercado local en una situación bastante particular.
Los archivos 13-F del tercer trimestre, presentados por los gestores de activos ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, mostraron que Druckenmiller —a través de su Duquesne Family Office— liquidó por completo sus tenencias en Banco Galicia y Banco Macro. También redujo drásticamente su exposición a YPF, dejando apenas una posición testimonial, y recortó levemente su participación en el ETF ARGT. La única excepción a esta retirada fue Mercado Libre, donde incrementó su apuesta.
Rob Citrone, al frente de Discovery Capital Management, fue aún más radical. Su fondo cerró completamente las posiciones en YPF, Telecom Argentina, Galicia y Macro. Además, redujo parcialmente su participación en Vista Energy. En el caso de Telecom, la operación involucró volúmenes superiores al promedio diario negociado en ADRs, lo que marca una salida significativa en términos de mercado.
Según el análisis de Delphos, estos movimientos no representaron pérdidas para los fondos. Muchas de estas posiciones se habían construido entre 2021 y 2024, lo que significa que, incluso después del desarme, los inversores cerraron operaciones con ganancias netas considerables. Sin embargo, el timing resultó llamativo: la retirada se concentró justo en los meses previos a las legislativas, cuando la incertidumbre política alcanzó su punto más alto.
Lo que quedó claro después de conocerse estos reportes es que el mercado argentino llegó a las elecciones en una posición técnica extremadamente liviana. Con los grandes fondos internacionales fuera de juego, cualquier noticia positiva tenía el potencial de generar un movimiento desproporcionado. Y eso fue exactamente lo que ocurrió.

El lunes posterior a los comicios, el Merval experimentó un rally que sorprendió incluso a los más optimistas. El índice trepó 48% en dólares respecto al cierre del viernes previo, impulsado por un resultado electoral que superó las expectativas del mercado. La combinación de un escenario político más despejado y una plaza técnicamente vacía generó el combustible perfecto para la suba.
Delphos sostiene que este rebote no es solo producto de la euforia post-electoral, sino que responde a fundamentos que podrían mantenerse en el tiempo. La consultora anticipa que los inversores extranjeros, que habían salido preventivamente, podrían comenzar a rearmar posiciones de forma gradual.
Este retorno de flujos internacionales, si se consolida, podría impulsar al Merval hacia nuevos máximos en el mediano plazo.
El argumento de fondo es simple pero poderoso: si grandes gestores como Druckenmiller y Citrone entraron y salieron de Argentina con ganancias netas durante un período de alta volatilidad, las condiciones actuales —con mayor claridad política y valuaciones atractivas— podrían resultar aún más tentadoras.
La pregunta ahora es si estos inversores volverán a apostar, y con qué intensidad. Por el momento, el mercado argentino transita una etapa de recuperación con volúmenes todavía moderados, pero con un clima técnico que favorece las subas.
La salida masiva de fondos dejó el terreno preparado para que cualquier retorno de capitales tenga un impacto amplificado, señalan los especialistas. En ese contexto, los próximos meses serán clave para confirmar si esta recomposición de posiciones se materializa o si, por el contrario, la cautela se mantiene entre los grandes players de Wall Street.

















