

El economista Carlos Melconian volvió a hacer fuertes declaraciones sobre el tipo de cambio al sostener que se necesita un dólar más caro, de manera tal que “la tía deje de comprar dólares y los cadetes dejen de viajar a South Beach .
"Estamos en un callejón sin salida, donde el Gobierno y el FMI han puesto el foco en votar el presupuesto, que es el último bastión antes del plan C para ver si baja el Riesgo País, para demostrar que puede volver al mercado y complementar los u$s 15.000 millones", comenzó el ex presidente del Banco Nación , en una conferencia organizada por Balanz Capital.
"El Fondo cree que no puede permitir otra cosa que no sea subastarlo para no cambiar la tendencia cambiaria que tiene el mercado", expresó el exfuncionario, y exigió: "Necesitamos que el tipo de cambio sea tal que la tía deje de comprar dólares y los cadetes dejen de viajar a Itaparica y a South Beach; ese es otro tipo de cambio que no es 30".
Melconian planteó un escenario en el que el presupuesto no alcance para recuperar las expectativas positivas, por lo que el Gobierno debería acudir a un "Plan C" (a su juicio el B fue el acuerdo con el FMI) que implicaría una serie de medidas heterodoxas para atenuar la demanda de dólares y acelerar las correcciones fiscales para volver a los mercados de capitales del exterior.
"Si lo del presupuesto, que es la forma ortodoxa, no alcanza para recuperar las expectativas; muy probablemente se avanzará a un sendero más heterodoxo. El camino heterodoxo es un grado anterior al coercitivo. Uno de los temas es cómo se frena la demanda cambiaria sin afectar el salario real y el precio de los bienes de consumo y cómo no se entorpece un buen tipo de cambio efectivo. Eso históricamente ha sido la devaluación con retenciones, que en un esquema de tipo de cambio flotante tendría que pensarse mejor cómo se implementa", explicó Melconian.
Y agregó: "Por otro lado, no sería un ataque al campo, sino que debiera ser general. Una retención en u$s 60.000 millones generaría ingresos del fisco, donde no debiera estar permitido que contra eso se pueda subir el gasto, pero bajaría la tensión del ajuste de $ 300.000 millones que tienen que hacer Nación, provincias y municipios."
En ese sentido, Melconian aclaró que esas medidas funcionarían sólo transitoriamente, sin caer en la aplicación de medidas restrictivas explícitas, como un cepo a la compra de divisas, camino al que denominó "Plan D".
"¿Cuál es el mecanismo que puede bajar la demanda de cambio de dolarización de portfolios y darle un golpe mortal al turismo? Una devaluación, que para que no licúe los salarios inmediatamente o un paso al precio de los bienes habría que entorpecerla morenistamente hablando con una retención. Todo eso fracasó en la Argentina como medida permanente, puede ser algo útil de forma transitoria para un programa que lo demande", comentó.
Y concluyó: "Si nada de eso funciona, habría que entrar en restricciones explícitas, que es el Plan D, el de la coerción, al que Argentina no debería ir. No es una propuesta mía ni algo que vea sensato, es el mecanismo para sacar las castañas del fuego en un momento determinado. La clave es el presupuesto."
El acuerdo con el FMI
En ese sentido, Melconian se mostró pesimista sobre las metas. "La meta de inflación no se va a cumplir, que será de 35%, la meta fiscal se va a cumplir y es la más relevante. El gasto público que se contrae mes a mes es insostenible en su sustentabilidad en el tiempo. Es imposible contraer el gasto de esta manera y que sea sostenible", aseguró.













