"Un hombre de bien, un amigo y un dirigente ejemplar". Así lo evocaron desde la Federación de Petroleros al histórico dirigente peronista Diego Ibáñez, quien en su juventud ingresó a YPF y trabajó por más de cincuenta años.

Fue perseguido y pasó cuatro años en la cárcel. En el año 1972 asume por primera vez como Secretario General de la Federación SUPEH, al imponerse en las elecciones llevadas a cabo el 24 de abril del mismo año, renovando dicha conducción en 1974; mandato que quedó trunco por el golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976 y la intervención de la organización sindical.

Al recuperarse la vigencia de la democracia, retoma la actividad sindical y ejerce nuevamente la conducción de la Federación SUPEH por los mandatos 1984-1988 y 1988-1992; asimismo siendo un hombre con participación política fue elegido primer Diputado Nacional por la provincia de Buenos Aires, ejerciendo la Presidencia del Bloque Justicialista de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

El Movimiento Nacional Justicialista y la Confederación General del Trabajo lo tuvo como uno de sus principales protagonistas. Junto a Lorenzo Miguel, desde las "62 Organizaciones", militó para que la dirigencia gremial tuviera protagonismo en el partido y el Gobierno.

El homenaje a Ibáñez lleva la firma de Juan Carlos Crespi, quien conduce la Federación de Sindicatos Unidos Petroleros e Hidrocarburíferos (SUPeH), tras el fallecimiento histórico secretario general Antonio «Coco» Cassia.