

Pese a no haber tenido una gran gestión durante 3 años y medio según los porteños Macri hizo una excelente elección, superando su propio récord de 2007, y se encamina a ganar la segunda vuelta con amplitud. El resultado del domingo habla de varias cosas:
La onda general viene de continuidad para los ejecutivos. Desde que empezó el año en una sola elección de gobernador perdió el oficialismo de turno (Catamarca). Esto era aplicable para Macri y también lo es para CK.
El error de plantear elecciones más locales en términos ideológicos, cuando la gente se expresa en valores, y demanda buenos administradores, con liderazgo.
Los liderazgos se construyen con tiempo, no unos meses antes de la elección.
Filmus claramente solo era el candidato para contener al electorado progresista, no para captar independientes sin orientación ideológica clara. El interrogante: ¿No era mejor candidato Boudou? De todos modos, el ex ministro de educación mejoró su registro de 2007.
Solanas evidentemente era una buena figura testimonial, pero nunca se lo vio con buenas posibilidades para cargos ejecutivos. El amplio arco opositor a Macri estaba esperando un buen administrador con conciencia social -un Macri progresista- y eso no apareció. Ese perfil estaba claro en los grupos focales desde por lo menos un año atrás.
Como campaña no dejó nada interesante. Al macrismo le convenía congelar el escenario, y todo confluyó para que fuese así. En el medio se juntó la inminencia de las vacaciones de invierno, la copa América, y todo el traqueteo de las candidaturas nacionales, que desplazaron al menos el interés periodístico.
Más allá de los debates formales, las discusiones fueron poco movilizadoras, y los vecinos no visualizaron grandes propuestas alternativas: eso también conspiró contra el interés que podría haber mostrado la ciudadanía.
La segunda vuelta requerirá de Filmus una apertura a expresar una diversidad que por el momento no logró en la primera vuelta. Macri arranca con ventaja.










