El Gobierno pone el broche de cierre a la primera etapa de la campaña electoral con un acto en el microestadio del parque Tecnópolis, con el presidente Alberto Fernández y la vice, Cristina Fernández de Kirchner, como únicos oradores.

Con cerca de un millar de invitados, entre los que destacan gobernadores, ministros y los mismos precandidatos que competirán en todo el país por nutrir la representación oficialista en la Cámara de Diputados y el Senado, el Frente de Todos pone punto final a la actividad proselitista, en un clima enrarecido, en el que se descuenta una victoria en la provincia de Buenos Aires -madre de todas las batallas- pero con dudas respecto a la distancia que finalmente se logre respecto de las fórmulas presentadas por Juntos por el Cambio.

En el Gobierno comentaban extraoficialmente como una preocupación la escasa participación que podría verificarse en las urnas, debido al relativo interés que generan las legislativas, y el miedo al aglutinamiento en espacios concurridos y cerrados ante la circulación comunitaria del coronavirus. Tampoco les es ajeno el generalizado daño sufrido por los oficialismos de todo el mundo que debieron acudir a votar en pandemia.

En la antesala del acto, el exministro de Desarrollo Social y precandidato en la provincia de Buenos Aires, Daniel Arroyo, aseguró que "el domingo vamos claramente a una victoria", que atribuyó "al avance de la vacuna en la población y una recuperación que comienza a verse".

Arroyo, como vienen repitiendo otros candidatos, insiste con el nuevo eje discursivo oficialista, que contrapone "dos modelos de país" y reclama el apoyo para contrarrestar la influencia de los líderes cambiemitas, entre los que cuentan al expresidente Mauricio Macri, y al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.