El cierre de listas en la provincia de Buenos Aires reflejó la disputa interna cada vez más evidente dentro de Fuerza Patria, el frente que nuclea al peronismo bonaerense.

Si bien La Cámpora logró imponer candidatos en varias secciones, los nombres de mayor peso político y territorial quedaron en manos del gobernador Axel Kicillof, quien afianza su estructura con aliados propios, incluso en distritos clave.

El 30 de junio pasado, Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa tuvieron un encuentro clave en la sede de la Gobernación de la provincia en donde pactaron una primera estrategia que más allá de los vaivenes quedó reflejada en el cierre de las nóminas.

El principal punto allí fue que la estrategia electoral sería conducida por Axel Kicillof, con la asignación de un rol de coordinador político del proceso, mientras que la definición de listas y candidaturas se resolvería entre los tres principales referentes presentes en la mesa: el propio Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa. Si bien participaron los tres en la conformación de las listas, el reparto fue dispar.

La pulseada más clara se dio en la Primera Sección Electoral, donde el kicillofismo logró colocar a Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura provincial y uno de los hombres de mayor confianza del gobernador. La designación fue leída como una señal de autonomía política frente a La Cámpora, que había intentado impulsar otro perfil para encabezar esa lista. Katopodis, con perfil de gestión y llegada transversal, representa el modelo de territorialidad que busca consolidar Kicillof de cara a 2027.

Precisamente en esa sección es donde el massismo puso a la candidata mejor ubicada: Malena Galmarini será la compañera de Katopodis en el camino hacia el Senado provincial.

En la Segunda Sección, también prevaleció el sello del mandatario con Diego Nanni, intendente de Exaltación de la Cruz y miembro del movimiento "Derecho al Futuro", que lidera el propio gobernador. Kicillof logró así blindar dos de las primeras secciones más relevantes del conurbano y el interior cercano.

Sin embargo, en la Tercera Sección Electoral, el equilibrio fue más sutil. Aunque allí Verónica Magario, actual vicegobernadora, fue confirmada como cabeza de lista, su figura navega aguas propias.

La balanza se inclina a favor de La Cámpora en la Cuarta Sección, donde el elegido fue Diego Videla, presidente del Concejo Deliberante de Pehuajó y dirigente cercano a Máximo Kirchner. También se impuso el sector en la Quinta Sección Electoral con la figura de Fernanda Raverta, de reconocida trayectoria y cercanía con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Aunque Raverta combina peso propio y anclaje territorial en Mar del Plata, su candidatura fue respaldada sin objeciones por la organización camporista.

En la Sexta Sección, Alejandro Di Chiara, dirigente con vínculos con el kirchnerismo más tradicional, liderará la boleta. Si bien no pertenece formalmente a La Cámpora, su alineamiento con el proyecto nacional lo hace funcional al armado que buscan sostener desde el Instituto Patria.

Donde el kirchnerismo duro logró mayor protagonismo fue en las Secciones Séptima y Octava, con María Inés Laurini, respaldada por el intendente Nelson Sombra (alineado con Máximo), y Ariel Archanco, titular del PJ platense y actual diputado provincial, respectivamente. Ambos nombres son considerados apuestas directas del núcleo camporista para fortalecer su presencia territorial.

En términos generales, el reparto de candidaturas en las ocho secciones refleja un equilibrio tenso: mientras La Cámpora consolida presencia legislativa, Kicillof retiene los territorios más estratégicos, con candidatos propios o aliados de confianza. La convivencia forzada dentro de Fuerza Patria expone, una vez más, las diferencias internas en el peronismo bonaerense, donde la unidad parece más una necesidad táctica que una convicción política.

La verdadera incógnita de cara a las elecciones del 7 de septiembre no es solo qué sector se impondrá en las urnas, sino cuál quedará mejor posicionado para liderar el futuro del peronismo provincial -y eventualmente nacional- en el escenario poskirchnerista que se empieza a delinear.