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La salida de Luis Petri en el ministerio de Defensa desató una revolución en las Fuerzas Armadas, no sólo por la designación de un militar al frente de la cartera por primera vez en 42 años, sino porque también significará un reordenamiento interno y una posible razia en los altos mandos. Qué significan los cambios y por qué juega Karina Milei.

El Cronista ya había adelantado que el mediático Petri sería reemplazado por un militar, sin embargo, si bien se esperaba la designación del jefe de Estado Mayor Carlos Xavier Isaac como ministro de Defensa, el elegido fue el hasta ahora jefe del Ejército Carlos Alberto Presti.

Aunque se intentó apurar su designación para este mismo martes, la prisa fue aplacada y desmentida desde Rosada y asumiría su cargo el próximo 3 de diciembre.

“Por primera vez desde el regreso de la democracia, una persona con intachable carrera militar que ha llegado al más alto rango en su escalafón estará al frente del Ministerio que está encargado de la defensa nacional y de las Fuerzas Armadas, inaugurando una tradición que esperamos que la dirigencia política continue de aquí en adelante y dando por finalizado la demonización de nuestros oficiales, suboficiales y soldados“, indicaron desde Presidencia al comunicar el cambio en la cúpula de Defensa en conjunto con los cambios en Seguridad.

La intervención de Karina Milei cambió el tablero político de un área que hoy tiene en la mira el gobierno de Estados Unidos. En este sentido, el teniente general del Ejército Argentino tendrá a su cargo una cartera que tiene gastos discrecionales y que hoy está en total alineamiento con Donald Trump.

De los problemas que debe resolver puertas adentro son dos: salarios paupérrimos y la obra social de los militares (IOSFA) desfinanciada y endeudada por su predecesor.

La deuda sideral de la obra social aumentó de $25 millones de pesos a fines del 2023 a $250.000 millones de pesos al día de hoy, y crece a un ritmo de entre $15.000 y $19.000 millones mensuales bajo la gestión vigente.

Asimismo, fuentes calificadas indicaron a El Cronista que el teniente general tendría a su cargo una misión que lleva el nombre de Karina Milei. El militar deberá limpiar a oficiales antiguos del Estado Mayor, sobre todo a aquellos que más relación tienen o tenían con Victoria Villarruel, y reemplazarlos por militares más jóvenes.

La antigüedad es clave en las Fuerzas Armadas, los militares tienen el deber de obedecer según este orden de antigüedad, es decir aquel que lleve más tiempo en su grado y también aquel que más méritos tenga.

Por lo tanto, la limpieza de los más antiguos repercute en oficiales más inexpertos y con menos muñeca para oponerse o tomar decisiones propias sobre sus subordinados. Esto mismo ocurrió en la presidencia de Néstor Kirchner, dónde limpió a toda la plana mayor de ese entonces, y ni bien asumió Javier Milei en el 2023.

Qué busca Estados Unidos

Luis Petri participó en los viajes previos al acuerdo entre Scott Bessent y el gobierno de Javier Milei. Allí, el gobierno norteamericano hizo claras sus intenciones no sólo políticas, sino estratégicas de la posición geográfica argentina en la región.

Además, se hizo énfasis en la adquisición de las “tierras raras” que nuestro país tiene y su ubicación privilegiada de acceso a la Antártida.

En esas reuniones puertas adentro se habló de cooperación militar y de entrelazamiento de intereses, cosa que fue confirmada cuando luego a través de un decreto de necesidad y urgencia se confirmó el inicio de ejercicios militares norteamericanos en Argentina.

Presti, si bien es un militar que alcanzó el más alto rango posible, hoy tendrá en su carpeta mantener los intereses del gobierno libertario con Estados Unidos.

Es posible que el teniente general no tenga el control total, ya que quedarían en su puesto dos secretarios de Estado clave en Defensa: la jefa de Gabinete, Luciana Carrasco, y el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, el coronel (R) Marcelo Alejandro Rozas Garay.