Durante varias semanas, la interna del PRO acaparó la atención de Juntos por el Cambio. Las diferencias e intereses dentro de las facciones del partido amarillo se llevaban los flashes y las decisiones más relevantes eran reservadas a sus dirigentes. Sin embargo, los socios del PRO en Juntos por el Cambio dejaron de ser espectadores y elevaron el nivel de tensión para provocar negociaciones en un nivel de mayor paridad.

En medio de la lucha por el liderazgo en el espacio, Horacio Rodríguez Larreta buscaba que sus socios encabecen las ofertas electorales en Ciudad y provincia de Buenos Aires, los dos distritos de más peso. De este modo, tomaba fuerza la posibilidad de que María Eugenia Vidal se postule en la Capital y que Diego Santilli realice el camino inverso hacia la provincia. Sería un primer paso en su objetivo de instalarse como posible candidato a gobernador en 2023.

Esto generaba reticencias en el PRO. La presidenta del partido, Patricia Bullrich, dijo estar cansada de esperar la decisión de Vidal y se lanzó para volver a tener una banca por la Ciudad. Del otro lado de la General Paz su aliado es Jorge Macri, quien sueña con ser gobernador y rechaza el arribo de Santilli. El discurso de algunos intendentes es que no quieren que otra vez un porteño cruce a la provincia.

Ante esta situación, poco a poco se empezó a colmar la paciencia del radicalismo, que arrastra facturas desde que eran gobierno. Muchos dirigentes radicales creen que el PRO no los valoró lo suficiente durante el paso por la Casa Rosada y que ellos se la jugaron para sostener a Cambiemos. Incluso, esto lo reconoce un dirigente de primera línea del PRO, que confiesa que "Macri ninguneaba a los radicales. Yo le trataba de marcar que eran orgánicos y le mostraba cómo sostenían a la coalición, sobre todo en el Congreso".

Con más de un siglo de vida, la UCR conoce sus limitaciones. A pesar de tener afiliados y presencia en todo el país, sabe que su mayor falencia son los candidatos competitivos, tanto a nivel nacional como en el AMBA.

En este contexto es que se explica la importancia de la reunión del pasado miércoles. Toda la cúpula del partido, incluidos gobernadores que viajaron especialmente, se reunieron en la sede partidaria para recibir a Facundo Manes. Que el neurocientífico oficialice su ingreso a la política partidaria como candidato es un viejo anhelo de muchos radicales que se esperanzan con un nombre propio de peso en el distrito más importante, la provincia de Buenos Aires.

Con la carta de Manes -todo indica que dará el paso, aunque todavía no quiso anunciarlo- la UCR cree que podría negociar de otro modo con el PRO, de igual a igual. Gerardo Morales se ilusiona con una primaria en la que ambos partidos pongan sus listas y la UCR saque ventaja.

El gobernador jujeño también se ilusiona con pelear en el otro distrito hostil al radicalismo en la lucha interna, la ciudad de Buenos Aires. Es el bastión del PRO y la UCR tiene solo un nombre de peso, Martín Lousteau, que tiene cuatro años más de mandato en el Senado. A pesar de ello, circuló la versión de que Lousteau podría postularse en este turno para obtener su banca en Diputados. Es una práctica muy poco habitual -lo hizo Cristina Kirchner en 1997- y parece más una advertencia que una posibilidad concreta.

En el mismo sentido se movió Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, que advirtió que su partido y los radicales "están cansados de los destratos" y aseguró que ya no puede "contener ni a mi propio partido". Carrió se reunió con Rodríguez Larreta, con quien se mantiene cerca, y también con Manes.

Miguel Pichetto, representante del Peronismo Republicano dentro de Juntos por el Cambio, también movió sus fichas. En medio de estas discusiones aseguró que "del laberinto se sale por arriba. Hay que unificar al espacio de Juntos por el Cambio en la Ciudad y una figura que podría hacerlo sería la del expresidente". Esta postulación de Macri, sin embargo, hoy parece lejana.

En medio de estas discusiones, el PRO buscó dar una señal de unidad el pasado viernes, cuando Jorge Macri y Rodríguez Larreta compartieron un acto en Olavarría con intendentes del espacio. Hoy llegará Vidal luego de su viaje por Estados Unidos y se espera que se aceleren las conversaciones en torno a su eventual postulación.

En marzo, la UCR tuvo internas para definir sus autoridades partidarias en varias provincias de peso. Evolución, el sector identificado con Lousteau, corría como punto y desafío a los que tenían la lapicera, a pesar de que sabían que era difícil imponerse -a excepción de la ciudad de Buenos Aires, donde son el grupo mayoritario-.

"Fuimos a esta interna y ellos tuvieron que llamar a Manes, a Andrés Malamud, salieron de la comodidad. En el fondo va a ser bueno para el partido", revelaba en la previa uno de los referentes de ese sector. Pasadas esas internas y saldadas las acusaciones cruzadas, la UCR pareció revivir dentro de la coalición. Si gestiona las diferencias internas y no provoca heridos de gravedad, Juntos por el Cambio podría atravesar el mismo recorrido.