

Mañana, tras un año y nueve meses de trámite, el juicio oral y público por la Tragedia de Once concluirá y se conocerá la sentencia que involucra a 28 imputados por el siniestro ferroviario del 22 de febrero de 2012, que causó 51 muertos y 789 heridos. Paolo Menghini, padre de Lucas Menghini Rey, una de las víctimas, dialogó con El Cronista sobre sus expectativas respecto al fallo que debe dictar el Tribunal Oral Federal número 2.
¿Qué espera que suceda mañana, cuando salga la sentencia?
Que se ratifique lo que quedó demostrado en las audiencias, es decir, que la Tragedia de Once empezó antes del 22 de febrero de 2012, y que fue producto de muchos años de corrupción enquistada en el poder político. Dejaron derrumbar el servicio y el peligro era latente. Lo que pasó se explica en todo lo que no se hizo y se dejó hacer en materia ferroviaria.
¿Está de acuerdo con las penas que pidió el fiscal Fernando Arrigo, que pidió penas de más de 10 años para los ex funcionarios Jaime y Schiavi y para los empresarios Claudio y Mario Cirigliano?
Nuestra diferencia con él es que creemos que se trató de estrago doloso y no de estrago culposo, como argumentó. Por ese cambio de figura, las penas se agravan y solicitamos 15 y 18 años de prisión.
¿Qué grado de responsabilidad tuvo Jaime en el siniestro?
Está claro que no era secretario de Transporte en el momento del choque. Tan claro como que en un juicio por dádivas a los hermanos Cirigliano ser reconoció como un corrupto. Eso significa que no controló a quien debía controlar, que se llevó dinero público y que todo ello es parte de un entramado que terminó generando la tragedia. Debe ser condenado.
Y el ex ministro De Vido, ¿debió ser juzgado?
Nosotros desde el primer momento pedimos que se incluyese a De Vido entre los procesados. Seguimos insistiendo y, al momento de los alegatos, pedimos que se investigue su rol. No está cerrado el tema.
¿Es el único nombre que le faltó agregar a la causa al juez Claudio Bonadio?
Sí, porque las áreas involucradas en la tragedia dependían claramente de él. Si se cometieron ilícitos, como responsable, De Vido debía saberlo. Y si no lo sabía, también fue responsable.
¿Cómo fue la relación entre los familiares de las víctimas y Randazzo, el ex ministro del Interior y Transporte?
Nula. Y será nula de por vida, porque él representó la continuidad de una política de olvido de los familiares. Si nos quiso llevar varias veces a su despacho fue para mostrarnos su gestión, desde la que lógicamente después de lo que pasó buscó soluciones. Incluso insiste desde afuera de la función en resaltar sus logros, como si no fuera parte de lo que pasó y perteneciera a otro signo político.
¿Del actual gobierno nacional se acercó alguien para charlar?
No hemos tenido contacto con ningún funcionario de Transporte. Nuestra postura siempre fue la misma: no queremos formar parte de ningún tipo de vinculaciones políticas. Si el ministro Dietrich quiere recibirnos, lo analizaremos.













