

En un nuevo capítulo de la interna más visible del oficialismo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, puso paños fríos a las especulaciones sobre una eventual salida de Victoria Villarruel de la vicepresidencia. En una entrevista televisiva, el funcionario buscó bajar el tono del conflicto institucional, pero admitió que hubo una conversación directa con Villarruel el día de la sesión que terminó con la aprobación de leyes adversas al Gobierno. En sus palabras, "le di mi visión" sobre la conveniencia de no abrir el debate en el recinto.
La escena se suma a una escalada de tensiones que se desató tras las duras declaraciones de Javier Milei desde la Bolsa de Comercio, donde sin nombrarla, acusó a su compañera de fórmula de haber habilitado una maniobra legislativa que calificó como "traición".
Guillermo Francos intentó descomprimir la interna entre Javier Milei y Victoria Villarruel sin desconocer la existencia de un conflicto político dentro del oficialismo. En una entrevista con La Nación+, el jefe de Gabinete descartó cualquier tipo de crisis institucional, aunque reconoció que existen diferencias de criterio entre el Presidente y su vice. "Cada uno cumple el rol que tiene que cumplir, tanto el presidente como la vicepresidenta", sostuvo.
Consultado por la posibilidad de que Villarruel deje su cargo, Francos fue enfático: "No creo que haya un motivo para que Villarruel renuncie en absoluto". A la vez, reconoció que la relación política entre ambos atraviesa un momento tenso, con desacuerdos sobre políticas centrales del gobierno, especialmente en materia fiscal. "La vicepresidenta incluso ha cuestionado la política que lleva adelante el Gobierno en temas de jubilados, en temas de discapacidad", indicó.
Francos también respondió a una versión que circuló en los días posteriores a la sesión del Senado, donde se aprobaron iniciativas opositoras que el Gobierno considera van en contra de su política de ajuste fiscal. Según se sabía, varios funcionarios del Ejecutivo intentaron evitar que esa sesión tuviera lugar, pero hasta ahora no había confirmación directa de que alguien del círculo más cercano al Presidente se hubiera comunicado con Villarruel. La confirmación llegó del propio jefe de Gabinete: "Yo hablé con la vicepresidenta y le di mi visión".
Francos explicó que la conversación con Villarruel giró en torno a la legalidad de la convocatoria. "Conversamos sobre la conveniencia de que ella abra o no la sesión, porque era una sesión irregular en el sentido de que no estaba convocada por la presidenta, como habitualmente sucede", afirmó. Y agregó: "Ella lo que me contestó fue que, si juntaban quórum, la sesión se hacía igual".
Para Francos, la diferencia fue de criterio, pero quedó zanjada por los hechos: "Después la sesión terminó teniendo los votos y el quórum necesarios, y ahí se armó la sesión". El jefe de Gabinete también recordó que ya había un dictamen del secretario parlamentario del Senado que advertía sobre la irregularidad de la convocatoria, ya que la comisión que dio curso a los proyectos tampoco había sido convocada en forma regular.
Aunque mantuvo una postura diplomática, el funcionario no eludió el trasfondo político del episodio. Reconoció que Villarruel se mostró crítica del rumbo económico y del ajuste fiscal, algo que derivó en un visible distanciamiento con el Presidente. "La vicepresidenta ha hecho un comentario, a mi juicio, desproporcionado", dijo, en referencia a las críticas de Villarruel sobre los recortes a los jubilasos y los gastos de la Casa Rosada, en particular los recurrentes viajes de Milei y los fondos reservados de la SIDE. "Es como comparar dos papas con una tonelada de tomates", graficó.
Francos trazó un paralelismo con el conflicto que, en su momento, enfrentó a Cristina Kirchner con Julio Cobos. Según su análisis, no sería extraño que Villarruel termine limitando su rol institucional al de presidenta del Senado. "Eso hizo que Cobos jugara un papel estrictamente legislativo, sin participar de la construcción de las políticas nacionales", recordó.
La relación entre Milei y Villarruel sufrió una ruptura pública después de aquella sesión en el Senado. En un acto en la Bolsa de Comercio, el Presidente denunció una maniobra legislativa impulsada por "el nido de ratas", sin nombrar a su vicepresidenta. "Vamos a vetar y, si hace falta, judicializar", advirtió. Más tarde, Patricia Bullrich también salió a cruzarla, y el conflicto interno escaló a cielo abierto.
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