Con el presidente Alberto Fernández de visita en la vecina Salta, a menos de dos horas de distancia, la dirigente piquetera Milagro Sala fue notificada en su casa del barrio Cuyaya, de la capital jujeña, de la sentencia final dictada por el Tribunal Federal Oral N°1 en la causa iniciada por amenazas contra el ahora gobernador Gerardo Morales, al que le propició un escrache en 2009.

Los jueces María Alejandra Cataldi, Mario Héctor Juárez Almaraz y Marta Liliana Snopek (emparentada con la familia de rancio abolengo de mismo apellido) confirmaron una pena de tres años y seis meses de cumplimiento efectivo, al adjudicarle los delitos de daño agravado y amenazas, como principal instigadora contra el actual gobernador Morales, quien había pedido que la condena fuera de 7 años y de cumplimiento en la cárcel federal de General Güemes, en Salta.

El tribunal dio a conocer la sentencia a solo dos semanas de que la provincia de Jujuy celebre elecciones legislativas, de acuerdo al candidato fijado por Morales. La defensa de Sala vio en esta fecha una cierta complicidad con el poder de turno.

Sala y sus abogados promovieron esta semana una recusación de los jueces Cataldi, Almaraz y Snopek ante el Consejo de la Magistratura por "mal desempeño". Para la defensa, quienes llevaron adelante la causa desoyeron las pruebas que dan cuenta de que Sala no habría estado en el incidente, y que solo fue mencionada por un testigo que "mintió y quedó probado que trabajaba para el gobierno de Morales".

Ante la confirmación de la condena y la vigencia de la prisión domiciliaria sobre Sala, la organización que ésta lideraba, la Tupac Amaru, anunció un acampe en Plaza de Mayo en protesta por los 2000 días que se cumplirán de la detención ocurrida en 2016, y que califican de "arbitraria".

En febrero de este año, Sala pidió públicamente que el presidente la indultase. Hace pocos días, criticó la inacción del Ejecutivo nacional, al sostener que "pareciera que Jujuy no es territorio argentino". Ocurre que Fernández, antes de acceder a la presidencia, fue un ferviente defensor de su liberación. Hoy no parece actuar en ese sentido.