El próximo domingo, casi un millón de correntinos elegirá a su nuevo gobernador. Entre las boletas estará la de Ricardo Colombi, el tres veces mandatario provincial que busca un cuarto mandato y apunta sus críticas tanto al oficialismo local -del que fue aliado- como al Gobierno nacional. El dirigente radical comparte fórmula con el peronista Martín Barrionuevo y plantea que la provincia atraviesa una situación similar a la de 1999-2001, cuando se produjo la última de cuatro intervenciones federal que recayeron sobre todos los poderes del Estado y que aparejó una crisis socioeconómica de magnitud. Colombi llegó al poder tras aquel período turbulento y buena parte de su capital político se sostiene en lo que denomina la "reconstrucción" de Corrientes. -¿Cuál es la situación económica de la provincia? Hoy la provincia tiene un déficit muy importante. Solo con tres proveedores la deuda asciende a u$s 200 millones. El Banco de la Provincia está desfinanciado. En el interior faltan salud, seguridad y educación. Estamos realmente muy mal. Lo más grave es que los salarios de la administración pública se ubican en el puesto 23 a nivel nacional. Cuando gobernábamos estábamos en el puesto 10. Si a tres proveedores se les debe esa cantidad, imagínese cuánto se adeuda en obra pública. La deuda total rondaría las cinco masas salariales, aproximadamente u$s 1.000 millones. -¿El Gobierno provincial le pidió al banco dinero para solventar gastos corrientes? -Sí. Le solicitó entre 40 y 50 mil millones a través de una operación de pase. Eso motivó que el Banco Central excluyera al Banco de la Provincia de la operatoria de créditos. -En cuanto a la campaña, ¿cómo vive la provincia una elección a gobernador en un calendario distinto al nacional? -El río Corrientes divide a la provincia en dos. Hacia el este tenemos un modelo y hacia el oeste, otro. La capital concentra el 37% del electorado y, como toda capital, tiene su peso. Pero el equilibrio está en el trabajo de nuestros candidatos a intendente. Estamos convencidos de que el resultado será exitoso el domingo. Se eligen cinco senadores -la Cámara se renueva por tercios, son 15 en total-, además de 15 diputados provinciales, 74 intendentes, viceintendentes y concejales. Hay municipios con hasta siete candidatos a intendente, lo que genera un escenario muy agitado a nivel local. -El presidente de la Nación dijo que la boleta partidaria puede ser motivo de fraude en Buenos Aires. En Corrientes se usará el mismo sistema y habrá más de 50 listas en el cuarto oscuro. ¿Hay riesgos de fraude? -Tenemos un sistema con boletas de acuerdo a la cantidad de alianzas que se formen. Creo que cada vez es más complejo y costoso armar listas, alianzas e imprimir boletas. Hoy incluso tenemos un problema adicional: al desaparecer el papel de diario, no hay papel y no pueden cubrir esa demanda. Por eso sostengo que debe haber una sola boleta por alianza. Ahorramos, eso simplifica a los apoderados, a la justicia electoral y a los votantes. El sistema de boleta única que existió antes a nivel nacional puede ser el más adecuado para el futuro. -¿Cómo debería pararse el próximo gobernador en la relación de Corrientes con Nación, en particular frente al gobierno de Milei? -Fui el único gobernador que no era oficialista durante el kirchnerismo. Soporté muchas cosas, pero defendí a Corrientes con firmeza. Ahora la relación debe basarse en la fortaleza y el respeto institucional, entendiendo que somos un país federal y que la Nación debe escuchar a las provincias.No puede abandonar la obra pública. Las rutas nacionales están cada vez peor: hay accidentes y muertos todos los días. Tampoco puede desentenderse de la vivienda o la salud. Si decide retirarse de esas áreas, entonces habrá que discutir la coparticipación federal, que está pendiente en la Constitución desde hace casi 30 años. También debemos revisar los recursos que retiene la Nación en materia de salud, educación y seguridad, que no brinda, y que nos obliga a cubrir a nosotros. Hoy se discute la coparticipación, los ATN, el impuesto a los combustibles. Con este esquema no somos un país federal y, de esa manera, no hay futuro. -¿Cuál será el principal desafío del próximo gobernador de Corrientes? -Primero, garantizar un gobierno de iguales. No un mesías ni un autoritario que se crea dueño de la vida y los bienes de los correntinos. La política debe ser humanista, con el objetivo puesto en la gente: salud, educación, seguridad, producción, cultura, valores, deporte, inversión, desarrollo.Tenemos que preparar a los jóvenes para el mercado laboral. Hoy nadie puede subirse a un tractor si no domina la tecnología que incorpora. Por eso hablamos de una revolución educativa vinculada a la revolución del trabajo.Corrientes fue la única provincia que creó el Fondo de Desarrollo Rural, financiado por un impuesto al campo y administrado por sociedades rurales, cooperativas y asociaciones de productores. Ese fondo -casi u$s 50 millones anuales- se usaba en obras y proyectos productivos, pero lleva ocho años sin aplicarse. Nosotros vamos a volver a instrumentarlo. -¿Cómo está Corrientes en términos de desarrollo humano y pobreza? -La provincia no escapa a la crisis nacional. Los salarios están muy bajos. Por ejemplo, la tarifa de electricidad aumentó 800% en un año, mientras que los salarios apenas un 80%. Un trabajador municipal gana $ 250.000, sueldos de hambre. En el sector privado, uno percibe $ 850.000, pero paga una boleta de luz de $ 300.000. ¿Cómo se sostiene esa situación? Claramente, la cuestión social no está bien.