“¿Por qué no?” se pregunta Luis Tendlarz, dueño de una fábrica con más de 70 años y titular de la Federación de la Industria Textil (FITA) mientras defiende el “Plan de competitividad” que le presentó al Gobierno nacional para surfear la caída del 18,1% de la actividad y seis de cada diez máquinas detenidas.
“¿A caso el RIGI, la ley de economía del conocimiento o la reciente baja de retenciones al petróleo no son políticas sectoriales?”, interpela y alerta por la necesidad de “hacer algo” frente al ingreso de prendas desde otros países por u$s 1. Aun así se diferencia de los textiles que buscan “protección” frente al boom de importaciones.
El empresario que dirige una de las hilanderas textiles más sólidas y con mayor tecnología del país valora la baja de la inflación y el orden macro pero se resiste a caer entre los sectores “perdedores” el modelo de apertura libertario; asegura que el modelo energético más minería y litio no es capaz de compensar la caída de empleos que sólo en el sector textil asciende a 11.000 puestos y 12.000 suspendidos.
Pese al “buen diálogo” con las autoridades no todo es color de rosa; explica que el aumento de compras en Shein o Temu no golpea de forma directa al sector a diferencia de las pymes que se dedican a la confección pero hay preocupación por el alto volumen de importación a precios irrisorios: una camisa a u$s 80 centavos o un pantalón a u$s 1.20.

Además del alto contrabando, el riesgo que advierten es la sobre facturación. “El fenómeno inverso al que se dio en el gobierno anterior”, señalaron en unamesa con periodistas y alertaron que estas compras representan 2/3 del total de productos que ingresan de otros países.
La propuesta
Con una mirada de largo plazo, los empresarios presentaron un plan, diseñado por los economistas Miguel Kiguel y Andrés Borenstein que radica en transformar las cargas laborales en un anticipo del Impuesto al Valor Agregado (IVA), y aseguran tener el visto bueno de Pablo Lavigne.

Este mecanismo busca que los impuestos al trabajo abonados por las firmas sean tomados a cuenta del pago del IVA. Los empresarios que ya pasaron por varias oficinas de gobierno con su carpeta, aseguran que la medida no generaría un costo fiscal para la economía en su conjunto.
Por el contrario, la formalización del empleo y la expansión de la base imponible del IVA implicarían un fortalecimiento de la recaudación tributaria, además de reducir la demanda sobre el sistema público de salud.
“En un contexto como el actual, nuestro compromiso es impulsar políticas y espacios de diálogo que contribuyan a mejorar la competitividad de la industria”, explicó Tendlarz.
El ministro Lavigne que hasta hace pocos días estaba concentrado en el avance del acuerdo de comercio con Estados Unidos, aún no respondió a la propuesta que recibió hace “algunos meses”, sin embargo la expectativa privada está intacta.
Frente al triunfo de Javier Milei en las primarias, lo que muchos economistas interpretan como una convalidación de su política económica, los textiles plantean que el “límite” será la crisis por la caída del empleo y para eso “no falta tanto”.
Los industriales, dedicados principalmente a producción de tela y de confección para hogar -sabanas, toallas- apoyan y aguardan por las reformas estructurales: labora y tributaria pero saben que para competir necesitan un plus.
A la par, también le encargaron a Lavigne por el retorno de los “valores de referencia” que funcionan como los “valores criterio. “No es más que una diferencia semántica”, aclaró Tendlarz. Además de preocupado, se mostró confiado en obtener respuesta positiva del Gobierno sobre la medida para monitorear el precio de los productos textiles que ingresan al país.
Puro potencial
Actualmente, las ventas externas se concentran en países de la región, pero no son representativas. Aun así “estamos” en Uruguay, Brasil, Perú, Colombia y eso significa que “podemos crecer”.

Para eso se necesita justamente mayor competitividad y la vuelta que le encontró está industria es transformar las cargas laborales en anticipo de IVA.
La necesidad de implementar respuestas inmediatas se enmarca en un contexto económico sumamente delicado. En agosto de 2025, la actividad textil cayó un 18,1% interanual, muy por encima del 4,4% del promedio de la industria nacional.
Por su parte el uso de la capacidad instalada se ubica en apenas el 41,5%, dejando inactiva más de la mitad de la capacidad productiva y se perdieron 5000 puestos de empleo formal en julio de 2025 respecto al año anterior.
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