El presidente Javier Milei salió al escenario del Club de la Libertad en Corrientes menos de una hora después que la Casa Blanca difundiera la noticia que esperaban desde hace semanas: se había cerrado un histórico acuerdo marco con la Argentina, que abarca una amplia variedad de capítulos.
Casi en simultáneo, Washington comunicó otros tres acuerdos —con El Salvador, Guatemala y Ecuador— a través de textos casi idénticos al argentino. En todos ellos predominan, en el trazo grueso, las obligaciones que asumen los países socios por encima de las concesiones que parece otorgar Estados Unidos.
En cambio, el documento anunciado un día más tarde con Suiza y Liechtenstein es más extenso y utiliza mayoritariamente la tercera persona del plural, a diferencia de los pactos firmados por la administración Trump con aliados latinoamericanos.
A los gobernadores el anuncio pareció tomarlos por sorpresa. Según reconstruyó El Cronista, al día siguiente seguían midiendo el potencial impacto de un acuerdo de semejante volumen cuya letra chica sigue siendo un misterio. Aunque veinte de los 24 mandatarios ya se habían fotografiado con Milei y su gabinete —y más de un tercio había mantenido reuniones privadas—, la prudencia predomina. En gran parte, por la falta de información y no es en lo único donde vuelven a percibir esta falencia.
El flamante ministro del Interior, Diego Santilli, lo vivió de primera mano durante un almuerzo con su anfitrión, el mendocino Alfredo Cornejo, y los gobernadores de Jujuy, Carlos Sadir; San Juan, Marcelo Orrego; y Catamarca, Raúl Jalil. Del grupo habitual de la Mesa del Litio y la del Cobre faltó el salteño Gustavo Sáenz. Todos, salvo Sadir, ya habían tenido su bilateral con la Casa Rosada.
La principal inquietud de los jefes provinciales es que el Gobierno los lleve nuevamente al “juego infructuoso” de la primera parte del mandato. El recambio de Gabinete no trajo, dicen, mayor transparencia. La decisión de recortarle áreas a Santilli un día antes de asumir —y sin avisarle— reforzó esa percepción.
“La noche anterior, El Colo se fue a dormir sabiendo que le quitaban Migraciones, que era parte de un compromiso (para que pasara a Seguridad, bajo control de Patricia Bullrich). Y al día siguiente se desayunó con que también removían otras áreas y lo dejaban en cero”, relató a El Cronista una fuente con acceso directo al funcionario.
Las miradas se posaron entonces en la Secretaría Legal y Técnica, que conduce María Ibarzabal Murphy, y por extensión en el asesor en las sombras Santiago Caputo. Sin embargo, las huellas de la movida apuntan en otra dirección: hacia lo más alto del vértice opuesto del llamado Triángulo de Hierro, según deslizaron en Casa Rosada.
“Están los mensajes de Whatsapp pidiendo estos cambios. De no ser así, se lo hubieran cobrado con alguien de Santiago, era la excusa perfecta para sacarle a una persona de confianza”, señaló la misma fuente. Finalmente, se resolvió rediseñar el decreto y devolver ciertas dependencias —y cajas— al nuevo interlocutor con los gobernadores. Pero el daño estaba hecho.
¿Confían en que Santilli tendrá margen para negociar lo que no pudo destrabar Guillermo Francos?, consultó este medio. “El Colo es un optimista y tiene un enorme margen de adaptación —definió uno de esos interlocutores en las sombras—. Pero también es cierto que no se ubica dentro de un esquema de alianzas que lo respalde, que funcione como palanca. Es él y el mundo, no tiene ninguna protección dentro del esquema del karinismo”.
De todos modos, los mandatarios le conceden la expectativa del “nuevo DT”. Santilli activó rápido los contactos políticos tanto con ellos como con sus operadores de confianza. En las provincias, sin embargo, no piensan firmarle ningún cheque en blanco. Predomina una desconfianza que solo los hechos pueden disipar. Y mientras ponen sobre la mesa sus propios intereses, a falta de que lo coparticipen en las grandes reformas que piensa el Gobierno.
En los últimos días, ante la circulación de borradores no oficiales sobre las reformas que el Ejecutivo quiere enviar a extraordinarias, comenzó a instalarse cierta incomodidad. Surgen dudas por la falta de claridad respecto de la profundidad de las leyes y reaparece el temor de que el Gobierno intente replicar el modus operandi de la Ley Bases: presentar un proyecto definitivo y exigir una aprobación casi automática. Quien se corre es un traidor.
Desde el entorno de un gobernador con buen vínculo con la Casa Rosada admiten que se conoce poco y nada sobre la reforma laboral, una de las batallas que se aproximan. Señalan que no les preguntaron —ni a él ni a otros pares— por las particularidades del mercado laboral en sus regiones ni por el posible impacto de las ideas que circulan.
Tal como informó El Cronista, existe un documento que el ministro Federico Sturzenegger utiliza como base, elaborado por discípulos suyos a partir de un relevamiento sobre el impacto diferenciado de las paritarias. Sturzenegger viajó a Mendoza el mismo día que Santilli y mantuvo un encuentro con Cornejo y empresarios a propósito de la desregulación al Instituto Nacional de Vitivinicultura.
Pero evitó la mesa de los gobernadores. Así y todo se llevó un pedido especial del sector, que incluyó a San Juan, no solo a los locales: revisar la continuidad del Certificado de Ingreso de Uvas (CIU), que bajo la reforma implementada pasa a ser opcional. La vice Hebe Casado, otra de las referentes del PRO que saltó a LLA este año, coordinó el intercambio con los bodegueros.
“Antes estaba el factor de cierta expectativa, la zanahoria de que en algún momento iba a haber una negociación. Pero eso ya no está más. En cambio, hay necesidades complejas en las provincias y si no hay un visto bueno sobre lo que los gobernadores precisan…”, dejó la frase en el aire un interlocutor. “Vamos a un Congreso donde cambia la intensidad del apoyo al Gobierno, pero en el que van a seguir necesitando votos de aliados. No les alcanza”. completó
De acuerdo con un relevamiento de La Sastrería, de Raúl Timerman y Juan Malagoli, el oficialismo tendría 113 bancas afines; la oposición dura reuniría 105 y habría 39 legisladores que actuarán como árbitros. Son números dinámicos, sujetos a cambios hasta la foto del 10 de diciembre.
Desde la órbita de Karina Milei aseguran que la orden que bajó a su mano derecha, el titular de Diputados, fue recomponer puentes con los exiliados del espacio libertario para que regresen al violeta. No todos aceptaron, pero tampoco rompieron lanzas.
Aun entre los 105 opositores, el informe distingue matices que podrían permitir al oficialismo fragmentar y debilitar. Discrimina 67 lugares para Fuerza Patria, 27 para los PJ provinciales y 11 en una categoría propia donde se ubican Natalia de la Sota, los cuatro diputados del FIT y los 11 de Gerardo Zamora. Este último saltará ahora al Senado, pero sin soltar las riendas de Santiago del Estero.
En la Cámara Alta ocurrirá algo similar: de los 24 que quedarán en manos de la oposición más dura, 11 responden a los PJ provinciales y dos al zamorismo. En rigor, las tres bancas santiagueñas constelan bajo ese espacio, incluso la que obtuvo el peronista José Neder por la minoría. Paralelamente, habrá 27 oficialistas y 21 árbitros, entre ellos los representantes de Gustavo Sáenz, el misionero Hugo Passalacqua y el neuquino Rolando Figueroa.
El peronismo también enfrenta sus dilemas y pueden implosionar en el Congreso. La disputa irresuelta entre Cristina Kirchner, Axel Kicillof, La Cámpora y los intendentes colmó la paciencia de más de un referente federal. Ya no disimulan su “hartazgo con el ambacentrismo” y buscan caminos alternativos para salir de esa encerrona.
Algunos incluso retomaron conversaciones con la Casa Rosada para arrancar concesiones de corto plazo, como se vio con Jalil. No descartan replicar la estrategia de 2025 y adelantar también las elecciones en 2027, aunque parezca hoy una quimera. Hablan de marzo. Dato curioso: en esos lugares donde se conformó Fuerza Patria para octubre, el kirchnerismo quedó dentro de ese universo variopinto de caudillos locales y referentes empresariales y también da su aval para negociar con Milei.
Un sentimiento similar atraviesa al PRO. La reunión del Consejo Nacional en el búnker de Balcarce dejó expuestas resistencias al liderazgo de Mauricio Macri. Le reprochan no leer con precisión el escenario que inauguró el 10 de diciembre de 2023 y ratificó la elección del 26 de octubre.
“Las dinámicas del resto del país no son necesariamente las mismas del AMBA para el partido. No podés arrastrar a la gente a un bloque del PRO cuando los intereses son tan dispares. Macri se sigue casando con los clásicos de siempre y pierde perspectiva”, confesó un histórico referente amarillo a El Cronista.