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El peronismo está cerca de dar un paso clave en su estrategia de reordenamiento interno: avanza en la unificación de las tres bancadas que hoy integran el interbloque Unión por la Patria en el Senado, con la creación de un único espacio que se denominaría “Bloque Justicialista” y que llegaría a tener 28 integrantes.

La decisión fue confirmada por el jefe del interbloque, José Mayans, que se mantiene activo para no perder espacio en la Cámara alta.

La movida, que busca mostrar cohesión en la antesala del recambio legislativo y frente a un oficialismo que necesita sostener mayorías para avalar leyes clave, apunta a ordenar el funcionamiento interno y evitar dispersión política en momentos de alta tensión institucional.

Aunque el anuncio formal llegará después de las reuniones internas previstas para esta semana, en el peronismo dan por hecho que la estructura estará compuesta por los actuales espacios de Unidad Ciudadana, que hasta ahora conduce Juliana Di Tullio (el ala cristinista), el Frente Nacional y Popular, que encabeza Mayans y que está más cerca del ala federal y Convicción Federal, de Fernando Salino, un espacio de cuatro legisladores que decidieron tomar distancia pero que podrían volver para reforzar el espacio en tiempos difíciles.

La expectativa es que la conformación combine representación territorial, volumen político y equilibrio entre los distintos espacios internos.

La decisión de avanzar con un único bloque responde a varias necesidades políticas. En primer lugar, mostrar fortaleza en el Congreso en un momento donde se debatirán temas de alto impacto institucional, como la reforma del sistema de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) que pretende liquidar la oposición este jueves. Además, pretenden evitar fracturas de cara al nuevo período legislativo, que comenzará con una Cámara Alta más fragmentada y en un contexto de negociaciones permanentes.

Patricia Bullrich con senadores LLA en el Anexo de la cámara AltaTwitter

LLA tendrá a partir del 10 de diciembre un bloque de 20 senadores, un número considerablemente mayor a los seis senadores (sin Francisco Paoltroni) que tuvo durante casi todos los primeros dos años de gestión de Milei. La conducción ya fue confirmada para Patricia Bullrich, lo que anticipan jugosos debates por varios de los temas que le interesan al Gobierno nacional.

El peronismo tiene también la intención de acomodar posiciones internas después de un año marcado por tensiones, pérdidas de gobernaciones y reconfiguración del liderazgo partidario, que no termina de emerger, más allá de la figura de Cristina Kirchner.

Como principal desafío volvería la difícil convivencia entre los sectores cristinistas y los gobernadores, que, aunque sea por conveniencia quieren estar del mismo lado. El reparto de las comisiones es, precisamente, uno de los principales intereses del sector.

La contracara en Diputados

Mientras los senadores trabajan hacia una confluencia parlamentaria, en Diputados las negociaciones están más complicadas. La prioridad aquí es que no haya fugas de la conformación original del bloque de Unión por la Patria, pero la presión de parte de los gobernadores se está haciendo sentir.

A diferencia del Senado, donde los peronistas no tienen riesgo de perder la primera minoría (estén o no estén en un bloque unificado o un interbloque), en la Cámara baja está latente la posibilidad de que LLA se quede con ese título, que lo habilitaría a estar al frente no solo de las comisiones ligadas a la gestión sino a otros lugares estratégicos.

Uno de los sectores que está más cerca de romper es el de los catamarqueños de Raúl Jalil, que serán cuatro a partir de diciembre y que están en medio de negociaciones con el Gobierno nacional por obras y cesión de empresas que precisa la provincia norteña y que se podrían concretar en el Presupuesto 2026.