En una jornada clave para el debate legislativo, el oficialismo con aliados consiguió este martes el dictamen favorable para el proyecto del Presupuesto 2026, tras un intenso proceso de negociación parlamentaria que posiciona al oficialismo con un triunfo estratégico previo a la votación definitiva, que quedaría para después del 10 de diciembre. 

El dictamen, respaldado por 20 firmas propias, logró además el apoyo de las bancadas del PRO, la Unión Cívica Radical (UCR) y legisladores provinciales de Misiones y San Juan, ampliando así el consenso político en torno a la propuesta fiscal que definirá la planificación económica del próximo año.

La discusión, sin embargo, no fue sencilla ya que hubo otros tres dictámenes. Uno de ellos fue de rechazo, el de Unión por la Patria también obtuvo 20 firmas, generando un empate técnico.

En este escenario, el peso decisivo lo tuvo el presidente de la comisión, Alberto ‘Bertie’ Benegas Lynch, cuyo voto doble favoreció al oficialismo, sellando así la mayoría para el dictamen que ahora avanza hacia la próxima instancia en el recinto. Más allá del empate, resultó decisiva la división que se generó en la oposición y que terminó beneficiando a LLA.

Es que referentes de Encuentro Federal como Oscar Agost Carreño e Ignacio García Aresca sacaron un dictamen propio (el texto auspiciado por Nicolás Massot) en el que también se sumaron los referentes del MID Oscar Zago y Eduardo Falcone, y los integrantes de Democracia para Siempre Mariela Coletta y el jefe del bloque Pablo Juliano.

Esta separación opositora permitió que los libertarios impusieran el dictamen de mayoría, lo que también da alguna pista sobre cómo puede ser el comportamiento de estos sectores durante el tratamiento en el recinto. 

“Mientras el Gobierno especulaba con no tener un presupuesto y continuar con la discrecionalidad, acá trabajamos con responsabilidad: buscamos que se mantenga el superávit y garantizar el cumplimiento de tres leyes que este Congreso ya aprobó (financiamiento universitario, Garrahan y discapacidad). La Argentina no puede vivir al margen de la ley, necesitamos Ley de Presupuesto. Es responsabilidad y respeto institucional. Nada más”, sostuvo la diputada Coletta, firmante de uno de los despachos de minoría. 

Pese a la obtención del dictamen favorable, el oficialismo ya había anticipado que buscará postergar la aprobación definitiva del Presupuesto 2026 hasta diciembre. Con la nueva conformación en ambas cámaras espera que haya una base parlamentaria más amplia, gracias a la llegada de nuevos diputados aliados que convertirán a LLA en la primera minoría en la Cámara baja. 

Esta estrategia responde a la necesidad de controlar el proceso legislativo y proteger un presupuesto elaborado bajo la agenda política del gobierno, que deberá enfrentar ahora el análisis crítico de la oposición y la presión social vinculada a la asignación de recursos para diversos sectores.

Precisamente, los tres dictámenes alternativos incluyen expresamente las partidas presupuestarias que demandan las tres leyes que fueron sancionadas por el Congreso pero vetadas por Javier Milei: la ley de Emergencia Pediátrica (Garrahan), la ley de Emergencia en Discapacidad y la ley de Financiamiento Universitario.

Estos dictámenes opositores, impulsados por Unión por la Patria y Encuentro Federal, insisten en incluir estas partidas y reclaman al gobierno que se respeten y financien esas normas ratificadas por mayoría en ambas cámaras, pero sistemáticamente vetadas y luego promulgadas con suspensión de aplicación por Milei. 

Desde la oposición, los bloques del PRO y la UCR, junto con representantes de provincias, decidieron sumarse al dictamen promovido por LLA, lo que evidencia una pluralidad de miradas y, al mismo tiempo, un pragmatismo orientado a facilitar el avance del proyecto bajo ciertas condiciones.

Algunos legisladores manifestaron que esta postura responde a la necesidad de asegurar previsibilidad financiera y mantener la estabilidad fiscal, aspectos considerados prioritarios.

Por su parte, Unión por la Patria mantiene firme su postura crítica, exigiendo modificaciones en el texto para satisfacer demandas sociales y económicas específicas que consideran urgentes, a la vez que buscan presionar para la inclusión de mayores recursos para programas de inclusión y desarrollo.

Carlos Heller fue el encargado de informar sobre el dictamen de rechazo de Unión por la Patria al mismo tiempo que fue reconocido por ser un exconductor histórico de la Comisión de Presupuesto y por finalizar su mandato el 9 de diciembre.

“Estamos presentando un dictamen de rechazo total. Este presupuesto avanza en consolidar el modelo de ajuste fiscal y la idea del estado ausente. Está absolutamente en las antípodas de lo que nosotros entendemos que es necesario para superar esta situación que vive la Argentina. Queremos un Estado que intervenga en la asignación de recursos y la determinación de prioridades”, sostuvo. 

La reunión contó con la presencia del diputado y designado ministro del Interior, Diego Santilli, quien concurrió para firmar el despacho de mayoría y volvió a ratificar que la voluntad del Gobierno es tratar el Presupuesto 2026 en las sesiones extraordinarias que comenzarán el 10 de diciembre.

El debate presupuestario llega en un momento en que la economía argentina enfrenta múltiples desafíos, con altas expectativas en cuanto al control de la inflación, incentivo a la inversión, y respuestas frente a sectores vulnerables.

El Presupuesto 2026 será determinante para definir las prioridades de gasto público, la asignación a áreas como salud, educación, infraestructura y seguridad, y la capacidad del Estado para honrar sus obligaciones sin comprometer la sostenibilidad fiscal, tal como pregona el presidente Javier Milei.

Además, la discusión refleja la dinámica política actual, en la que el oficialismo busca consolidar su base parlamentaria tras las elecciones legislativas y manejar la agenda legislativa con mayor autonomía, mientras la oposición intenta limitar su margen de maniobra desde la Cámara de Diputados.

Con el dictamen ya en manos del cuerpo parlamentario, queda por delante un calendario intenso en donde se deberá debatir en comisiones y luego en el recinto, con espacio para enmiendas y acuerdos.