

Con un panorama sombrío por delante para mantenerse dentro de lo acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Poder Ejecutivo confía en que los dólares que el Banco Central (BCRA) necesita para fortalecer su posición de reservas serán provistos desde afuera, si acaso la autoridad monetaria no tiene espalda suficiente para continuar comprando divisas.
En la semana que pasó, el gabinete de Alberto Fernández, reunido en Casa Rosada a primera hora del miércoles, oyó un reporte de la Secretaría de Asuntos Estratégicos augurando que la meta de reservas del programa stand-by sería cumplida gracias a los u$s 5500 millones que varios bancos multilaterales han aprobado en préstamos para programas y obras de infraestructura para el desarrollo.
Claro que las aprobaciones logradas en los directorios de diferentes instituciones crediticias no comportan que los desembolsos estén asegurados. De allí que el Gobierno esté en negociaciones constantes para que las transferencias no se retrasen.

En el primer trimestre de 2022, el target de variación de reservas internacionales netas que tenía el BCRA suponía incrementar las existencias en u$s 1200 millones. Incorporando el efecto de los ajustadores detallados en el entendimiento con el FMI, respecto a los desembolsos observados de organismos multilaterales y bilaterales de crédito y el pago efectuado al Club de París, el objetivo ascendió a u$s 1247 millones, reconoció el Gobierno en el reciente informe al Senado del jefe de gabinete, Juan Manzur. La variación observada para ese período fue un incremento de u$s 1522 millones, lo que demuestra el "sobrecumplimiento" del objetivo, detalló Manzur a la cámara alta.
No obstante, entre abril y junio el BCRA debe acumular u$s 4100 millones. Dentro del mercado calculan que el Central deberá al menos duplicar el ritmo de compras de divisas en el mercado de cambios y cerrar un junio récord de acumulación de reservas, lo que parece altamente improbable. Echado a correr el último mes del segundo trimestre, todas las gestiones apuntan a asegurarse los fondos de la banca multilateral, coadyuvando estos a reunir a fin de años, en el balance, u$s 5800 millones extra.
El detalle acercado a los ministros la semana pasada muestra, grosso modo, que varios proyectos apuntados al desarrollo humano, la transformación digital e innovación, y la integración territorial y logística tienen fondos aprobados por el Banco Mundial por alrededor de u$s 2000 millones.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene prometidos u$s 2300 millones. En tanto CAF - Banco de Desarrollo para América latina comprometió u$s 1083 millones, mientras Fonplata, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) aportarán lo restante.
Los funcionarios involucrados en la relación con la banca multilateral se negaron a hacer previsiones sobre el cronograma de desembolsos. Pero interpretaron que una demora con la Argentina, con cierto peso en los directorios de varios de estos organismos, sería contraproducente en términos internos por incumplir las metas de desembolsos, y traería "problemas" a la relación con un país relevante por el volumen de fondos en juego.













