Luis Caputo sabe de primera mano lo que esperan los inversores. "Garantías", dijo Jamie Dimon, el CEO del JP Morgan la semana pasada cuando habló ante los empleados del banco en Buenos Aires, según consignó El Cronista.

Garantías no bancarias sino políticas: que el país mantendrá el orden fiscal y las reformas aperturistas más allá del Gobierno de Javier Milei.

"Si queremos graduarnos de país serio, que pueda atraer inversiones que den trabajo a nuestra gente, la alternativa política no puede ser más el kirchnerismo/comunismo", dijo en un mensaje dirigido una vez más al "riesgo kuka" y con las mismas hipérboles a las que recurre Milei.

Pero atrás dejó un pedido a la oposición para que no sea pianta-inversión, más allá de lo que puede traccionar la gestión propia -o detractar en caso de que haya decisiones equivocadas-.

La preocupación de los dueños del capital es si ahora Milei podrá garantizar la gobernabilidad, llevar adelante las negociaciones para aprobar reformas "con amplio apoyo político y social", como le advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI) en cada intervención.

Los inversores también quieren ver que el Gobierno pueda sostener el saneamiento fiscal y pasar a acumular reservas, el gran pendiente en lo que va de la gestión de Milei, así como un reacceso a los mercados de deuda, más allá de los reaseguros que pueda ofrecer el secretario del Tesoro de EE.UU. Scott Bessent con el swap o ayudando a pasar la gorra porque es funcional al interés geopolítico de Donald Trump.

"La oposición tiene dos años para construir una alternativa racional. Ojalá lo hagan y enterremos el pasado nefasto de los últimos 20 años de una vez por todas", agregó con el uso del "nosotros" en el verbo final, un guiño al pedido de dejar de confrontar que le hacen también los inversores al Gobierno.