El ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, minimizó hoy la inédita crisis institucional derivada de la fractura del Gobierno por el enfrentamiento abierto entre Cristina Fernández y Alberto Fernández tras el revés del oficialismo en las PASO.
Tras la escalada del jueves, cuando el Presidente reaccionó vía Twitter ante la masiva presentación de renuncias de los ministros del ala ultra K y, horas después, la vicepresidenta publicó una dura carta exigiendo un cambio de rumbo económico y cambios en el gabinete, Berni se sumó a la lista de funcionarios, referentes de la oposición, empresarios y gremialistas que expresaron su postura.
Berni se mostró inusualmente conciliador: "Absolutamente todos queremos que al presidente Alberto Fernández le vaya bien. Y desde el oficialismo haremos todo lo necesario en ese sentido".
"Lo que ocurre es lo habitual después de una derrota electoral. En una coalición con distintas miradas se discute. Y a veces se discute fuerte", dijo Berni sobre la guerra abierta en el Frente de Todos desatada por los malos resultados en las elecciones primarias.
El funcionario del gobernador bonaerense Axel Kicillof sostuvo que "la gente está en otra sintonía: lo que discuta la clase política le interesa a la clase política y a los periodistas. A la gente le interesa que no le roben, tener trabajo, llegar a fin de mes y darle de comer a los hijos, no tener 50% de chicos debajo del índice de pobreza".
Y enfatizó: "Esto no es una crisis. La vida no se detiene por una elección. El Gobierno no se paraliza. Habrá discusiones, sí, y las debe haber. La política no es un club de amigos, no hay buenos modales. En la política se discute, se debate, porque de los grandes debates siempre salen las mejores conclusiones. Lo importante es que en el mientras tanto sigamos trabajando para resolver los problemas".
"Los cambios de Gabinete son un problema que resolverá quien tiene la responsabilidad de conducir, pero nuestra mirada estratégica tiene que estar puesta en resolver los problemas: a la mamá que no le alcanza para darle de comer a la noche al hijo le importa dos carajos", disparó.
Con relación a la carta de Cristina Kirchner, fue contundente: "La política no es un juego de buenos modales, sino un juego de representar intereses. Los peronistas defendemos los intereses de nuestros trabajadores, de la clase media. Destituyente es el golpe del '55, es acallar las voces del peronismo. ¡¿Cómo va a ser destituyente generar un ámbito de discusión de cara a la sociedad?! El pueblo necesita respuestas. Y acá estamos todos congraciados con ayudar al Presidente para que encuentre el camino".