

La ex esposa del fiscal Alberto Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, aseguró ayer que por la "personalidad" de su ex marido, "de ningún modo" cree que se haya suicidado. Además, y pese a que dijo que no iba a hacer declaraciones que perjudiquen a quienes están a cargo del caso, afirmó que hubo cosas que ella "hubiera hecho diferente", y sostuvo que dar detalles del proceso "malogra la investigación".
"Por su personalidad, fundamentalmente, porque en su vida entiendo que no tenía motivos. Era una persona que de ningún modo yo admito esa posibilidad. Estaba en un momento excelente con sus hijas. Y mucho menos como se ha presentado, con un arma de por medio", señaló Arroyo Salgado al descartar que el fiscal se haya suicidado. En declaraciones a radio Vorterix, la jueza reclamó a quienes llevan adelante la investigación que "se despeje en el expediente si esto fue un suicidio o un homicidio", más allá de la certeza que, reiteró, tiene.
Arroyo Salgado resaltó que "no están dadas las condiciones para una investigación imparcial" y opinó que, en caso de confirmarse que no se trató de un suicidio, "fue algo muy sofisticado". Además, agregó que se vio "en la obligación de pedir un veedor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque en esta coyuntura judicial, política, mediática no están dadas las garantías como para que se realice una investigación imparcial sin riesgo para cumplir los fines del proceso y la búsqueda de la verdad".
Con respecto al proceso que llevan adelante la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini, la magistrada advirtió sobre los problemas que pueden generarse por la información que se difunde. "No quiero emitir juicio de valor mediático más allá de las manifestaciones que ya hice, en las que hice saber ciertas cuestiones que me parecía que debían hacerse. Entiendo que es importante mantener informada a la sociedad, pero dar detalles de las líneas de investigación que se están siguiendo, de las pruebas que se obtuvieron, malogra el avance de la causa", sostuvo.
Asimismo, contó que Nisman siempre recibió amenazas a las que ella "nunca" le dio mayor trascendencia, aunque sostuvo que ahora cree que "pueden llegar a tener alguna relación" con la muerte del fiscal. Además, admitió que conoce a Diego Lagomarsino, el asistente que le prestó el arma cuya bala provocó el fallecimiento de Nisman, pero evitó ahondar.
En la nota, Arroyo Salgado también replicó indirectamente a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, al decir que sus "hijas son la alegría, son la esperanza, siempre lo fueron, son chicas llenas de energía positiva". La mandataria había dicho en un acto que "nos quedamos con el canto, con la alegría; y a ellos les dejamos el silencio".
La ex mujer de Nisman estuvo en la marcha del último miércoles, junto a su hija Iara, y a la madre de Nisman, Sara. Hasta el martes no se sabía si la familia asistiría a la movilización, pero fue ella quien confirmó la presencia mediante un comunicado. Ella fue también quien presentó en la Justicia federal una foto de la Revista Noticias en la que sobre la frente de Nisman habían puesto una marca negra que simulaba un balazo. Las pericias posteriores confirmaron que dicho punto negro se había puesto sobre la imagen de manera intencional.













