

Reunidos en asamblea, los más de cien obispos que componen la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) anunciaron que en las próximas semanas se dirigirán a Roma para entrevistarse con el Papa Francisco y llevarle "un detallado informe de la realidad pastoral" de cada una de las diócesis del país, además de compartir aspectos de la realidad que atraviesa el tejido social a lo largo y ancho de la Argentina.
La jerarquía episcopal cumplirá con lo que se conoce como visita ad limina, una suerte de "balance de gestión" que cada Iglesia particular debe llevar al Vaticano cada cinco o diez años. El último periplo, que incluye la visita de las cuatro basílicas mayores de la Ciudad Eterna, la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo, y reuniones con la Curia romana, aconteció en 2009 y, por ello, será la primera vez con Jorge Bergoglio sentado en la sede petrina.
Más allá de ser evaluados por los dicasterios romanos en múltiples disciplinas, y referirse a los desafíos de la evangelización en sus territorios, los obispos tendrán cara a cara al ex arzobispo de Buenos Aires justo antes de iniciarse la carrera electoral por la presidencia y la mayoría de las gobernaciones.
Aunque las fuentes eclesiales dijeron a este diario que el viaje "no tiene una intención de llevar al Papa la mirada sobre la actualidad del país", aquello no quita que cada obispo, en sus informes, "comparta aspectos propios de su realidad".
Separados en tandas, Francisco recibirá a los prelados del NEA, el Litoral y el interior bonaerense entre el 28 de abril y el 4 de mayo; a los obispos de la ciudad de Buenos Aires y del Conurbano en la semana siguientes, y culminará con la bienvenida a los mitrados patagónicos, de Cuyo, el centro del país y el NOA.

Francisco, en febrero de 2018, celebrando misa con la cúpula episcopal argentina.
Crudo diagnóstico
Durante el último encuentro con el presidente Mauricio Macri, antes de la Navidad, la Iglesia llevó una pléyade de críticas al Gobierno nacional y planteó su preocupación por los índices de pobreza, la pérdida de puestos de trabajo (en 2018 se perdieron más de 190.000 empleos registrados), la caída del consumo y la desnutrición en ascenso.
El presidente del episcopado y obispo de San Isidro, Oscar Ojea, secundado por el cardenal arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli; el secretario general, Carlos Malfa, y el arzobispo mendocino Marcelo Colombo también se refirieron a situaciones particulares: le pidieron al Gobiero que cesen los recortes en la Secretaría de Gobierno de Agroindustria, y pidieron un refuerzo a los programas de lucha contra la drogadependencia de la Sedronar.
Por su parte, Francisco definió este año no recibir a autoridades políticas ni candidatos, con excepción del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, a quien saludó al cierre de su habitual audiencia de los miércoles por venir acompañado junto a una delegación de varias colectividades presentes en el país. La otra excepción fue el camionero Pablo Moyano.
Moyano hijo fue uno de los principales oradores de la reciente Cumbre Internacional de Transportistas e Industriales del Transporte, ocurrida en el Vaticano. Desde el corazón del microestado gobernado por Francisco, el gremialista atacó con dureza al Gobierno nacional, al que acusó de estar "destruyendo la actividad económica" del país.
En el sexto aniversario de su elección como pontífice, los obispos argentinos también renovaron su compromiso con Francisco y, mediante un mensaje divulgado, le rogaron "que no se prive de la alegría de visitarnos .
También el presidente saludó al pontífice en Twitter: "¡Felicitaciones @Pontifex_es en el sexto aniversario de su pontificado! Que su obra siga siendo una fuente de ejemplo y de esperanza en el mundo".
¡Felicitaciones @Pontifex_es en el sexto aniversario de su pontificado! Que su obra siga siendo una fuente de ejemplo y de esperanza en el mundo.
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) 13 de marzo de 2019












