

En el fútbol existe un viejo lema que indica que "lo que ocurre en la cancha termina ahí mismo". Ese refrán podría quedar destruido a partir de este domingo 7 de mayo, contemplando que lo que pasó dentro del Monumental terminó en la fiscalía. A Marcos Rojo, Luis Vázquez (Boca) y Matías Palavecino (River) lo fueron a buscar al estadio por diversas situaciones. ¿Cómo termina la historia?
El defensor central del Xeneize atraviesa el último proceso de recuperación de una lesión, pero entendió que debía acompañar a sus compañeros. Por eso llegó a la concentración por la mañana, almorzó con la delegación y viajó junto a ellos en el micro. Sin embargo, el desenlace estuvo muy lejos de ser el deseado: su equipo perdió, tuvo un exabrupto y debió declarar. La versión de que le pegó a un policía merodeaba por los pasillos del Monumental, pero ningún video -hasta el momento- pudo confirmarlo.
Distinta fue la situación del mediocampista del Millonario y del delantero del club de la Ribera, quienes fueron llamados por incitar a la violencia. Pala fue -posiblemente- el generador del escándalo y Luisito, uno de los más exaltados por la situación. A partir de esta razón, la Fiscalía los convocó por "incentivar a la violencia".
Escándalo en el final de River-Boca
Por casualidad o causalidad, en el último tiempo el Xeneize mostró apego por los finales escandalosos. Le pasó ante Racing en la final del Trofeo de Campeones y repitió ante River por la Liga Profesional. Esta vez no toleró el desmedido festejo agónico del rival y desató una batalla campal que terminó con seis expulsados.
A lo largo del desarrollo escaseó la lucidez y abundó la pierna fuerte. Sin embargo, era la vehemencia lógica por jugar un Superclásico y no se visualizaba malas intenciones, tendencia que cambió drásticamente en la última acción del juego.
¿Qué pasó? A los 46 minutos del complemento Miguel Borja anotó de penal, Palavecino se lo gritó a Sergio Romero y se armó una gresca generalizada. Futbolistas, integrantes del cuerpo técnico, hombres encargados de la seguridad y la policía de la Ciudad tuvieron participación en el tumulto.
La terna arbitral se tomó su tiempo y con la ayuda del VAR empezó a repartir rojas para todos lados. Y si bien fueron tres por lados, ampliamente salió beneficiado el local. Miguel Merentiel, Nicolás Valentini y Ezequiel Fernández recibieron la tarjeta colorada en la visita (además de Jorge Almirón); Palavecino, Ezequiel Centurión y Elías Gómez por el lado del local, pero los últimos dos no formaban parte del partido.












