

La organización nunca fue la principal virtud de América Latina, pero podría ocurrir una situación disparatada y casi sin precedentes. A falta de dos semanas para la final de laCopa Libertadores, la Conmebol podría cambiar el estadio por una fuerte presión de Flamengo, que expone dos razones para solicitar que no se dispute el choque entre Boca y Fluminense en el mítico Estadio Maracaná.
En marzo del corriente año, Alejandro Domínguez -a través de su cuenta oficial de Twitter- manifestó que la Confederación Sudamericana de Fútbol definió las sedes de las finales de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana (Maracaná y Centenario), que desde 2019 vienen disputándose a partido único.
Sin embargo, a pocos días del choque entre Fluminense y Boca surgió un inconveniente impensado y que excede tanto a la organización como a los finalistas. La Conmebol pretende que el escenario no se utilice durante las dos semanas previas a la final, pero tanto el Flu como el Fla tienen encuentros designados por el Brasileirao.
Lógicamente el próximo oponente del Xeneize (involucrado directo) no tiene inconvenientes de acatar las órdenes, pero sí el rival de toda la vida, con quien comparte la concesión del Mario Filho para jugar de local tanto en el ámbito doméstico como en el plano internacional.
A la hora de brindar los argumentos, Flamengo expone dos temas que considera innegociables: uno futbolístico y el otro económico. En lo que respecta netamente a lo deportivo, no está dispuesto a ceder la localía "por culpa de la final", por lo que ya arregló jugar allí este domingo ante Vasco Da Gama, pero también pretende un permiso especial para el viernes 27 chocar contra RB Bragantino (a falta de ocho días para el duelo que mantiene en vilo a todo el continente).

A su vez, también quiere un resarcimiento más elevado teniendo mayor cantidad de entradas a su favor, explicando que son ellos quienes se hacen cargo de los costos para la cesión y por eso considera injusta la porción repartida de tickets.
Antecedentes cercanos
Aunque algún futbolero podría considerar que se trata de una simple presión por parte de Flamengo, la realidad indica que ya ocurrieron situaciones similares y en ambas ocasiones la Conmebol accedió a la modificación repentina.
En 2019, para la final que disputaron Flamengo y River, la entidad madre con sede en Luque tuvo que modificar dos semanas antes la sede del encuentro que definía al campeón ya que la misma era en Santiago de Chile, pero la situación política y social del país trasandino en aquel entonces hizo que se mude a Lima, Perú.
Como si fuera poco, la edición 2023 de la final de la Sudamericana también tuvo que mudarse del Estadio Centenario de Montevideo al Domingo Burgueño Miguel de Punta del Este.














