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Desde que Hugo Ibarra cerró el portón del predio de Ezeiza y se despidió de Boca, el Consejo de Fútbol inició una travesía para buscar a su reemplazante. Los primeros dos nombres (José Pekerman y Gerardo Martino) se desvanecieron rápidamente, por lo que el mapa se alteró y se vivieron días de zozobra. Pero la incertidumbre caducó y el Xeneize detectó al indicado para sustituir al Negro. La mención es para Jorge Almirón, quien quedó a un paso de convertirse en el nuevo entrenador de Boca, luego de una serie de reuniones que mantuvo con Juan Román Riquelme, el vicepresidente de la institución.
El director técnico, de 51 años, quedó bien posicionado tras lo sucedido con Martino y Pekerman, sumado a la imposibilidad de sacar a Diego Martínez, de Tigre, otro de los apuntados por Riquelme y el Consejo de Fútbol.
La actual gestión infla el pecho y asegura -cada vez que puede- que no dan las manos para levantar los seis trofeos locales logrados durante su mandato. Pero también sabía que para conquistar América por séptima vez debía hacer un cambio rotundo, por eso despidió al mejor lateral derecho de su historia y rompió esa tendencia de buscar dentro del riñón de la institución.
Apenas llegaron a un acuerdo para desafectar al último cuerpo técnico, dos nombres se impusieron en la escena: Pekerman y Martino. El primero de ellos fue descartado rápidamente por cuestiones económicas y porque a su edad generaba cierta duda cómo sería su trabajo a diario, contemplando que llevaba años dirigiendo seleccionados; el Tata generó más expectativas, aunque finalmente agradeció el interés pero decidió continuar alejado de su territorio natal.
Para colmo, el que más le gustaba a Román desde que asumió ya no estaba disponible. Por estilo de conducción y pensamiento futbolístico, su apuntado era Ricardo Gareca, pero el problema nunca resuelto con una generación que nunca le perdonó su pase a River en la década del 80 lo hizo dudar, razón por la que no pudieron estrechar la mano y el Tigre emigró a Vélez.
A partir de estos imponderables se generó un quiebre. Ya ningún apellido podría tener consenso pleno en el hincha, por lo que había que acudir al ingenio para conseguir a un DT capacitado y con cierta aprobación popular. Y consiguió al que consideran como el indicado, justo en el instante en el que la Copa Libertadores -la mayor obsesión- golpea la puerta de Brandsen 805.
Almiron, su trayectoria
El mejor momento de Almirón en su extensa carrera como entrenador lo tuvo en Lanús, con el que ganó tres títulos en 2016 y fue finalista de la Copa Libertadores de América al año siguiente.
Tras ese período exitoso, no pudo repetirlo en los años posteriores, cuando dirigió a Nacional de Medellín, San Lorenzo, Al Shabbab de Arabia Saudita, Elche -en dos ocasiones- y nuevamente Lanús.
Anteriormente, Almirón había desarrollado gran parte de su campaña en el fútbol mexicano, donde dirigió a Dorados, Veracruz, Correcaminos y Tijuana. Y en el fútbol argentino también pasó por Defensa y Justicia, Godoy Cruz e Independiente.













