La selección de Alemania alcanzó la final del Mundial de forma contundente. Más allá del cachetazo histórico que le propinó al anfitrión Brasil en una de las semifinales, el combinado dirigido por Joachim Löw ya había superado a rivales, a priori, muy complicados, utilizando siempre el mismo libreto: pelota al piso, triangulaciones permanentes, juego asociado, y un despliegue físico envidiable.

En el primer partido ante Portugal, con el crack Cristiano Ronaldo entre algodones, mostró sus credenciales: el atacante Thomas Müller, en tres oportunidades, una de penal, y el defensor Mats Hummels, rubricaron un 4 a 0 contundente, inobjetable. A partir de allí, Alemania ya fue considerado potencial candidato al título.

La segunda presentación ante Ghana no fue quizá la esperada por todos aquellos que habían disfrutado del poderío ofensivo germano del debut. Mario Götze puso en ventaja a Alemania, pero poco duró la alegría porque tres minutos después André Ayew consiguió el empate y enseguida, Asamoah Gyan dio vuelta el resultado a favor del buen equipo africano. A 20 minutos del final del encuentro, Miroslav Klose igualó el record mundialista del brasileño Ronaldo al llegar también a los 15 tantos y selló el 2 a 2 definitivo.

Gracias a otros resultados que se fueron dando, a Alemania le bastaba igualar con Estados Unidos para sellar el pase de ambos equipos a los octavos de final. Incluso, se especuló con esta chance gracias a la amistad que une a Löw, ex ayudante de campo de Jürgen Klinsmann, actual director técnico del conjunto norteamericano. Sin embargo, nada de eso sucedió y bajo una intensa lluvia, en un partido parejo y de trámite rápido, el equipo germano se quedó con el primer puesto del Grupo G al imponerse por 1 a 0 gracias al cuarto tanto de Müller en la competencia.

En octavos de final, Alemania tuvo quizá a su rival más difícil. Argelia, en base a un despliegue físico conmovedor, le complicó el trámite y lo puso contra las cuerdas. Maniatado al extremo, fue incapaz de superar con juego asociado la dura defensa del equipo argelino. Recién en el tiempo suplementario, el combinado alemán se puso arriba en el marcador gracias a André Schürrle y Mesut Özil. Antes del cierre, Abdelmoumene Djabou consiguió el descuento y puso una luz de alerta en el seno del cuerpo técnico germano.

La sorprendente Francia, quizá el mejor equipo de la primera rueda por goles y funcionamiento, apareció en el horizonte alemán como rival a superar. Y también lo consiguió. Mucho ayudó golpear primero gracias al cabezazo goleador de Hummels. A partir de ahí, pudo ampliar la diferencia en el primer tiempo. Ya en el complemento, Francia adelantó sus líneas y pudo llegar a la igualdad, pero la impericia ofensiva de Olivier Giroud y Karim Benzema, sumado a la buena tarde del arquero Neuer hicieron que Alemania volviera a sonreír.

Con un pie en las semifinales, Low y sus dirigidos debían dar la prueba de carácter definitiva frente al anfitrión del torneo y sempiterno candidato al título, Brasil. Luego de superar los primeros tres minutos de presión asfixiante del equipo conducido por Luiz Felipe Scolari, el conjunto alemán piso firme y empezó a manejar la pelota con rapidez, precisión y verticalidad asombrosa. Así, en menos de media hora, le metió cinco goles al equipo brasileño. En el complemento, gritó gol solo en dos ocasiones más, pero pudieron ser muchas más. Müller abrió otra vez el marcador a la salida de un córner; Klose anotó su gol número 16 en Mundiales y superó a Ronaldo; Kross, en dos ocasiones; Khedira y Schürrle, también en dos oportunidades, consiguieron los siete goles alemanes. Sobre el cierre, el cuestionado Oscar, marcó el del honor para Brasil.

Alemania llega envalentonada a la final. Los resultados, la historia y el funcionamiento respaldan su optimismo.

Bonus track: la última derrota de Alemania jugando en condición de local, más precisamente, en Frankfurt, fue en un amistoso ante Argentina. En aquella ocasión, el 15 de agosto de 2012, el equipo de Sabella se impuso por 3 a 1 gracias a los goles de Sami Khedira, en contra, Lionel Messi y Angel Di María.