

Boca o Cruzeiro. Se define el último semifinalista de la Copa Libertadores. Aunque los argentinos llegan con ventaja gracias al 2-0 conseguido en la Bombonera, se puede decir que esto no significa demasiado teniendo en cuenta el rival y su condición de local, y sobre todo lo mucho que se juega en esta parada el conjunto que dirige Guillermo Barros Schelotto, con la presión que esto conlleva.
Es que ya pasaron 11 años desde la última vez que consiguió levantar el trofeo. Y quizás no sería tan dramático el dato, teniendo en cuenta los seis títulos conseguidos a lo largo de su historia, sino fuera que en el medio fue eliminado por River en 2015 tras los sucesos del gas pimienta, una Copa que terminaría ganando además su clásico rival, después también de haberse coronado también en la Copa Sudamericana de 2014, y con posibilidades de campeonar en esta también.

Boca está tan necesitado de ganar esta Libertadores que desde hace unos tres años invirtió u$s 65 millones en la contratación de nada menos que 38 jugadores. Lo pide la gente y lo necesita la dirigencia.
Entre los refuerzos más caros que se incorporaron en los últimos tiempos se encuentran los delanteros Darío Benedetto (u$s 6 millones); Carlos Tevez (u$s 5 millones) y Mauro Zárate (u$s 3,5 millones); los defensores Carlos Izquierdoz (u$s 6,5 millones) y Paolo Goltz (u$s 2,5 millones); los mediocampistas Nahitan Nández (u$s 3 millones) y Wilmar Barrios (u$s 2,5 millones) y el arquero Esteban Andrada (u$s 4,6 millones) que finalmente no va a poder ocupar su puesto debido a una fractura del maxilar inferior tras un cabezazo propinado por un delantero del club que enfrenta este jueves: Dedé.

Boca además es el equipo más "caro" de la Libertadores desde que comenzó esta edición y ahora lógicamente de los cuatro equipos que buscarán la final. De acuerdo al sitio especializado Transfermarkt, tiene una cotización de u$s 135 millones, Cruzeiro vale u$s 65 millones, mientras que Palmeiras está tasado en u$s 90 millones, River en u$s 87 millones), Gremio en u$s 80 millones, y Colo-Colo u$s 21 millones.
El partido se jugará en el famoso Mineirao desde las 21.45 con transmisión de Fox Sports. El duelo también promete por la vieja historia entre los clubes -que ya disputaron una final continental en 1977- y por el hambre de revancha de los brasileños que, dos veces campeones en el torneo, estaban ausentes desde la edición de 2015, cuando se despidieron en los cuartos de final cayendo en este mismo estadio 3-0 justamente contra River Plate. El árbitro será el uruguayo André Cunha.














