Lejos de cualquier superstición, el próximo miércoles 13 de agosto se presenta crítico visto desde los datos de ayer. Por un lado, se conocerá el dato de inflación de julio . Los analistas privados, y el propio Gobierno, habían comprado la novedad del escasopass troughque había registrado la economía con el recorrido de la devaluación real del peso desde abril del orden de 20%, acumulando la depreciación del peso -coincidente con la exhortación del ministro Luis Caputo de "comprá campeón"- con la propia devaluación del dólar en el mercado global.

El dato del IPC de 1,6% de junio se festejó con vuelta olímpica y se rompieron las expectativas con la mirada en el mes pasado. Solo durante julio la cotización del dólar oficial aumentó 16%, aún después de instrumentar el desarme de las LEFI que dejó flotando la liquidez de los bancosy que se trasladó al dólar. Luego sucedió el "apretón monetario", que hizo despegar a las tasas de interés. "Ni un peso suelto", proclamaron el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el ministro Luis Caputo.

Luis Caputo. (Fuente: archivo)
Luis Caputo. (Fuente: archivo)

A conformarse con el ajuste cambiario hasta 5% debajo de la banda cambiaria, no fuera cosa de un desborde del tipo de cambio a los precios en el trayecto hacia las elecciones.

Pero ayer, cuando se conoció el dato de la inflación porteña del mes pasado, que se empinó al 2,5%, sonaron alarmas. Es cierto que pesaron en exceso los precios estacionales, impactados por los del turismo y servicios asociados con las vacaciones de invierno, como Restaurantes y hoteles, que subieron 5,3%, o Seguros y servicios financieros (3,8%), Recreación y Cultura y Transporte (ambos 3,6%) e Información y comunicación (2,8%).

Se sabe que, a diferencia delIPC nacional, el de la Ciudad de Buenos Aires carga con una mayor ponderación de los servicios antes que los bienes. Pero la secuencia de 1,6% en mayo, 2,1% en junio y 2,5% en julio en CABA mantiene lejos del 1% la evolución de los precios que el Gobierno nacional apunta a mantener hacia el futuro. ¿Habrá una sorpresa a nivel nacional?

El mismo miércoles Economía tiene que hacer frente a otra prueba, que es una licitación de letras con vencimientos por unos $ 22 billones, a la que le seguirá otra de unos $ 13 billones dos semanas después. Los rendimientos de las Lecap más cortas ya se sitúan arriba del 40%; el impacto del apretón monetario se hace sentir.

Del lado del dólar, asistido por liquidación del campo, se logró frenar la inercia y se estabilizó en $ 1350; pero aun así, hay dudas acerca de la liquidez de la plaza y de la respuesta de la economía real a las tasas que Economía no dudará en aplicar para tomar todos los pesos, controlar el tipo de cambio y los precios. La UIA ya lo hizo notar. Los datos de actividad industrial de ayer marcan retrocesos en junio contra mayo, un hallazgo que no fue sorpresa para cada vez mayores sectores productivos. Tendrán que esperar.