Tiembla Kicillof. El ministro de Hacienda del Gobierno porteño, Néstor Grindetti, defendió el proyecto de Presupuesto de la Ciudad para el próximo año y dejó algunos datos que merecen una lectura que pondría en aprietos al propio ministro de Economía de la Nación.

Grindetti se explayó sobre sus proyecciones ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Legislatura porteña en un contexto con previsiones que no deja lugar a dudas: será un año igual de difícil que el presente, si bien una de las consecuencias “no deseadas” es que la recesión económica logrará bajar la presión en los precios, al menos en parte.

Por ejemplo, el Presupuesto prevé una inflación del 28% y un tipo de cambio de $ 12,5, lo que implica una devaluación del tipo de cambio oficial del 38,8% si se tiene en cuenta que los contratos a futuro donde interviene el Banco Central cierran diciembre con un dólar a $9.

En este sentido, el funcionario reconoció que los niveles actuales en el alza de los precios apuntan más alto, ya que la inflación actual superaría el 28% proyectado para 2015, si bien reconoció que la propia recesión será uno de los factores que podría ayudar a bajar esa tasa.

Según los números presentados, se estiman Ingresos Totales para la Ciudad por unos $ 83.702 millones (una suba del 24,8%), mientras que los Gastos Corrientes se ubican en los $ 71.482 millones (es decir, un 27,3% más), por lo que el saldo es positivo en $ 10.900 millones.

En lo que hace a las inversiones, del Plan 2015 subrayó los casi $ 1.600 millones que se destinarán a la extensión y renovación de la flota del subterráneo. Si bien el 93% de los ingresos corresponderá a los Ingresos Tributarios, en este universo se destaca el impuesto por Ingresos Brutos que implica 7 de cada 10 pesos percibidos.