El próximo 18 de diciembre se cumplirá el primer aniversario de una de las mayores gestas deportivas de la historia argentina: la conquista del Mundial de Fútbol en Qatar. Un acontecimiento que despertó enorme alegría en una sociedad acuciada por la situación económica, luego de un año muy complicado que había tenido su máximo pico de tensión con la abrupta salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía y el breve interinato de Silvina Batakis, hasta la asunción de Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda. Para el momento de la celebración el país tendrá un nuevo Presidente, que si se mantiene lo observado en las primarias de agosto, podría ser el propio ministro, el diputado libertario Javier Milei o la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich. El logro de la Selección estuvo afianzado en un trabajo de equipo que contribuyó a la tarea de su máxima estrella para alcanzar el objetivo que se negaba desde 1986. No fue solo el triunfo de Lionel Messi sino, fundamentalmente, el de la Scaloneta, la denominación con la que popularmente se reconoce hoy a todo el plantel y el equipo técnico encabezado por Lionel Scaloni. Un ejemplo que los empresarios que desarrollan el 59° Coloquio de IDEA enMar del Plata toman para graficar la necesidad de diálogo y la búsqueda de consensos para sacar al país del pozo al que descendió en las últimas décadas. Hoy, la Argentina desayunó con la noticia de que albergará, alquimia de la FIFA mediante, uno de tres partidos inaugurales de la Copa 2030. Más que un Mundial, casi un campeonato global de fútbol, donde también serán anfitriones Uruguay, Paraguay, España, Portugal y Marruecos. Un verdadero disparate, que beneficiará a estas tierras con la posibilidad de recibir al Mundial sin realizar una millonaria inversión en infraestructura que hoy parece imposible de concretar, dadas las dificultades económico-financieras imperantes. Pensar en cual será la situación dentro seis años supone demasiado tiempo para un país que necesita buscar cuanto antes una solución a la crisis inflacionaria, la pérdida de valor de su moneda y el consecuente crecimiento de la pobreza, sumado al fuerte endeudamiento que afecta su actividad. El desafío más difícil para jugar en equipo y volverse a ilusionar.