En los últimos años hemos visto consolidarse tecnologías que permitieron almacenar y transmitir grandes volúmenes de datos, en paralelo a la notoria maduración de varias herramientas que permiten procesarlos de formas novedosas. Así, el desafío de gestionar información concreta obtenida de diversas fuentes, que suele no tener estructura definida, y que se genera en grandes volúmenes y a gran velocidad, resulta alcanzable para un número creciente de organizaciones.

Las empresas cuentan con un nuevo camino a la solución de varios problemas que hasta no hace mucho se podían resolver solo con aproximaciones basadas en la experiencia de un individuo, o en la tradición de la organización. Ahora, la resolución puede encararse extrayendo información detallada de datos. Lo que parecía imposible años atrás, hoy en día es una realidad tangible.

El foco se centra en el análisis de esos datos, con el fin de extraer conclusiones que den sustento objetivo a la toma de decisiones. Aparece así un nuevo perfil profesional, experto en el manejo de las técnicas analíticas utilizadas para procesar estos grandes volúmenes de información. Suele ocurrir hoy en día que quien ocupa esos roles hace foco en las técnicas de análisis, pero no percibe los detalles relacionados con el negocio que hacen a una buena comprensión del problema a resolver. Esto da lugar a demoras y otras complicaciones en la obtención de una solución adecuada. A partir de esta realidad, en muchas organizaciones se gesta la necesidad de un rol integrador, que no solo conozca las técnicas de análisis, sino que además tenga una buena comprensión de los aspectos de negocio. Deben apuntar a optimizar el análisis de los datos y hacer una eficiente realimentación de la información obtenida de ese análisis.

La coyuntura posibilita la aparición del Licenciado en Analítica Empresarial y Social, un experto en el manejo de las técnicas analíticas utilizadas para procesar grandes volúmenes de datos, que integra sólidos conocimientos de gestión de organizaciones a lo largo de su formación. Este perfil profesional se sustenta en tres pilares fundamentales. En primer lugar, la gestión de empresas, organizaciones sin fines de lucro, o gubernamentales. Allí el mayor desafío está en comprender los problemas del negocio en el que se desempeñe. Una buena comprensión asegura la elección de una solución adecuada, implementada con agilidad y eficiencia.

Además, es necesaria una profunda capacidad analítica. La gestión y la toma de decisiones del futuro próximo estarán basadas en información comprobable, que permita justificar y argumentar las decisiones de negocio. Contar con la capacidad de analizar datos y elaborar conclusiones en forma autónoma, y a la vez poder establecer un vínculo sólido con especialistas en el análisis profundo de datos, representan habilidades clave para esta nueva forma de gerenciar.

El tercer factor son las habilidades interpersonales y de comunicación. El nuevo profesional tendrá las competencias necesarias para dar a conocer las conclusiones de sus análisis de manera convincente y clara; como también para lograr obtener la información que le permita una completa comprensión de los problemas de negocio.