A escasas semanas de las PASO, la contienda interna de Juntos por el Cambio (JxC) entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta emerge como un factor determinante para el futuro político del país. Los precandidatos encarnan dos modelos de liderazgo sumamente diferentes: Larreta propone el diálogo, construcción de amplias mayorías y los consensos, mientras que Bullrich se inclina por la confrontación, la velocidad en los cambios y la fuerza en la lucha contra aquellos que se resisten al cambio. Las discrepancias entre ambos radican no tanto en lo que desean lograr, sino en el "cómo" piensan hacerlo. Esto genera incertidumbre y plantea interrogantes sobre las posibilidades de éxito que ambos tienen al momento de asumir el gobierno. El plan de estabilización económica y las reformas que proponen plantean desafíos en términos de distribución de ganadores y perdedores, así como de beneficios a mediano plazo y costos inmediatos. En este sentido, resulta interesante analizar las alianzas que cada uno busca establecer para ejercer su liderazgo. Bullrich se rodea de figuras del PRO y se acerca a los sectores más libertarios. Por ejemplo, ha planteado la posibilidad de conformar una alianza legislativa con Javier Milei en caso de resultar victoriosa en las elecciones presidenciales. Sin embargo, esta estrategia no es tan lineal, ya que dirigentes de (JxC) más dialoguistas como Emilio Monzó y Nicolás Massot también forman parte de su equipo. Por otro lado, Larreta busca la articulación con actores de diferentes vertientes políticas, buscando un mayor consenso. Concretamente, propone una convergencia con sectores del radicalismo y del peronismo, alejándose de los extremos kirchneristas o cambiemistas radicalizados. No obstante, un matiz interesante es la incorporación al espacio de los llamados "halcones" como Miguel Ángel Pichetto, Waldo Wolff y José Luis Espert. Bullrich considera que el diálogo y el consenso son sinónimos de debilidad.Argumenta que se necesita nitidez en las ideas y coraje para enfrentar los desafíos actuales de Argentina, optando por no esquivar la confrontación y hablando de "defenderse en la calle". En uno de sus destacados spots, afirmó que "va a hacer falta mucha fuerza para recuperar el orden. Fuerza porque a los narcos de Rosario no se los saca con diálogo... Fuerza, porque el mejor plan del mundo va a tener que defenderse, más que en la teoría económica, en la calle". Remata con: "Si no es todo, es nada". Si bien esta postura puede resultar atractiva para aquellos que buscan una acción decidida, surge la pregunta de si Bullrich posee la habilidad y disposición necesarias para negociar con aquellos que muestren resistencia a acordar su agenda política. Desde los equipos de campaña de Bullrich están convencidos de que es momento de un liderazgo del estilo de Patricia: "Lejos de aumentar el conflicto, cuando sos claro en las posturas y no te dejás apretar lo que hacés es frenar al conflicto. Un ejemplo es el caso Maldonado cuando Bullrich era ministra: si hubiésemos cedido de entrada el conflicto hubiese escalado. No cedimos y no escaló. Lo mismo se puede ver en el debate de la reforma previsional en 2017. Cuando estábamos con Patricia y la gendarmería había orden pero cuando el lunes decidieron correr a la gendarmería y reemplazarla por la policías de la ciudad el congreso terminó cascoteado con 14 toneladas de piedras y varios agentes resultaron heridos", señaló a El Cronista Damian Arabia, candidato a diputado e integrante del equipo de campaña de Bullrich. En contraste, Larreta ha construido su estrategia de campaña en torno al consenso y la construcción de amplias mayorías y ha enfatizado la importancia de que todos los actores políticos sean corresponsables. El "cómo" es clave para el éxito. Como bien mencionó frente al triunfo de Maximiliano Pullaro en las primarias de Santa Fe: "este es un triunfo de la amplitud... es una muestra de cómo, sumando, le vamos a ganar al kirchnerismo". Desde sus equipos remarcan que es importante ser prácticos: "Consensuar no significa esquivar el conflicto, o no mirar de frente los problemas o ceder en los valores. Consensuar significa encontrar una manera realista de solucionarlos y que duren en el largo plazo. Un ejemplo es la reforma previsional que unos años después después de haberla votado se dio marcha atrás. Lo que tenemos que hacer es cambiarle la vida a los argentinos, ese es el verdadero cambio. Las elecciones en San Juan, Santa Fe y San Luis muestran que lo que la gente prioriza es el trabajo, el respeto, la amplitud, tener propuestas y saber qué y cómo hacer", afirmó a El Cronista María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno de la Ciudad e integrante del equipo de campaña de Larreta. Desde el inicio el jefe de Gobierno porteño ha hecho esfuerzos por definir qué significa realmente el "consenso" y con quién busca entablar un diálogo. Ha mencionado la importancia de contar con la mayoría, con el 70%, con todos excepto el kirchnerismo y con todas las personas de bien. No obstante, su estrategia de ampliar y sumar no siempre ha dado los resultados esperados. Su intento de incorporar al gobernador peronista cordobés Juan Schiaretti a la coalición JxC, días antes de las elecciones en la provincia, donde Luis Juez era el candidato de la coalición, resultó inoportuno y hasta ahora no ha dado los frutos esperados. En definitiva, la interna de JxC entre Bullrich y Larreta se disputa entre dos modelos de liderazgo claramente contrastantes; incluso desde su experiencia política: Bullrich ha ocupado cargos ejecutivos y Larreta gobierna la ciudad de Buenos Aires. Más allá de las posturas y estrategias adoptadas, ambos precandidatos deberán demostrar su capacidad para sortear los obstáculos y llevar adelante las reformas necesarias en un contexto de fragmentación política y con niveles de pobreza y de desigualdad alarmantes. Por eso, en esta interna también se juega la proyección política de JxC. Historia en desarrollo...