En 1996 y desde Tartagal (Salta), el entonces presidente Carlos Saúl Menem al comenzar el ciclo lectivo del primer año de la segunda presidencia, hizo un anuncio que dejo atónitos a los allí presentes: la Argentina tendría un sistema de vuelos espaciales y podría alcanzar la otra punta del mundo en "una hora y media". "Dentro de poco tiempo se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual desde una plataforma, que quizá se instale en Córdoba, esas naves van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratósfera, y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir, de tal forma que en una hora y media podremos estar en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo ", afirmó el mandatario y quedó reflejado en los medios y registrado en la mente de los argentinos. Lo bueno de pensar en futuro es que aumenta la probabilidad de acierto. Si bien las palabras de Menem todavía no se transformaron en algo palpable, es cierto que nadie puede negar que el avance de la ciencia y de la tecnología conviertan a esa frase en algo viable. Un ejemplo menos arriesgado y que sólo estaba vinculado a tener la paciencia necesaria para esperar que suceda, fue la frase del economista Roberto García Moritán. "Después de las elecciones, el dólar blue podría llegar a $ 400", declaró en julio de 2021 el entonces precandidato a legislador porteño García Moritán. Pronosticó una espiralización cambiaria frente a una eventual derrota del oficialismo en los comicios legislativos de ese año. García Moritán pronosticó la fuerte suba el lunes 19 de julio de 2021, fecha en la que el tipo de cambio ilegal cerró a $ 180, según publicó este diario. Es decir, tuvo que esperar un poco más de un año y medio para ver que lo que dijo o predijo se convertía en realidad. ¿Era tan difícil la apuesta de García Moritán? La realidad es que no. El blue solo acompañando la inflación tenía el camino bastante allanado para llegar al valor 'psicológico' de $ 400 que tocó ayer. En lo que va de 2023, el blue aumentó $ 54, un incremento del orden del 15% en cuatro meses, menor que la dinámica de inflación, que, si calcula una cifra de 7% para marzo, computaría una suba de 21% en tan solo un trimestre. Por eso, cuando se habla del precio del dólar y no se tiene en cuenta la inflación, se cae en un error, bastante común por cierto.