Voto femenino: efeméride de un hito clave en la lucha de las mujeres

Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer, la oportunidad para visibilizar el largo recorrido en busca de la igualdad.

Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar. Eva Duarte de Perón

Era septiembre del 47. Miles de personas reunidas en Plaza de Mayo esperaban las palabras de Juan Domingo Perón, pero era Eva Duarte quien tenía algo importante que decir. El discurso tendría efectos duraderos en el destino de las mujeres. Por altoparlantes, con el documento en la mano y a viva voz, Evita le dijo a la multitud: "Mujeres de mi Patria, recibo en este instante, de manos del gobierno de la Nación, la ley que consagra nuestros derechos cívicos".

Un día como hoy, hace 72 años, se promulgaba la Ley 13.010 que habilitaba el sufragio femenino, once días después de que el proyecto fuera sancionado en el Congreso. Cuatro años más tarde, las mujeres votarían en las elecciones de 1951.

Hasta ese momento, la mujer no era un sujeto de derecho político. La posibilidad de votar llegó 35 años después de que la ley Sáenz Peña habilitara el voto de los hombres mayores de 18 años, nacidos en Argentina.

Entre una ley y la otra, hubo otras pioneras en la materia. Entre ellas, Alicia Moreau de Justo y la médica Julieta Lanteri, quien fue, entre otras cosas, la primera sudamericana en votar en 1911, cuando faltaban 28 años para la ley de voto femenino. Primero se nacionalizó argentina y luego luchó para ser incorporada en el padrón electoral, al que sólo tenían acceso los varones por poseer libreta de enrolamiento. La gran conquista no iba a durar mucho porque la ley que democratizó el sistema electoral estableciendo el voto secreto y obligatorio imposibilitó nuevamente el voto de las mujeres.

No hay duda de que la ley Evita del voto femenino consiguió una mayor equidad en términos civiles y políticos. Además, del sufragio, habilitó la participación de las mujeres en el Congreso y permitió que, por primera vez, se eligieron diputadas y senadoras.

Fue también puntapié de otras conquistas, como la patria potestad compartida (1949) y la ley de divorcio (1954). Un largo recorrido en el que otro de hito fue la sanción del cupo femenino en 1991. Mojones, puntos de inflexión en el acceso de las mujeres a la actividad política.

Pero los derechos adquiridos entonces tuvieron sus vaivenes. Para 1952, de los 30 senadores nacionales, 6 eran mujeres, y las diputadas conformaban apenas el 15% de la cámara baja. Luego vinieron sucesivos golpes de Estado que eliminaron algunas de esas conquistas, entre muchas cosas que "quedaron sin efecto".

Las reivindicaciones de las mujeres están atravesadas, ahora mismo, por cuestiones dramáticas: los femicidios, la asimetría salarial y la discriminación política que volvió a ponerse al desnudo en los nuevos debates sobre el cupo femenino. Ni hablar de la conmoción social que significó la discusión en torno al aborto.

Sin embargo, recuperar en la memoria el recorrido de luchas y debates puede permitir una mirada más abarcativa que nos señale que la historia no empezó con nosotras y nuestros "techos de cristal", sino que ha habido un proceso que es bueno conocer para entender que nunca estuvimos solas: nos acompañan las que nos precedieron en la lucha.

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