Los tropiezos del Gobierno versus el periodismo que opina

¿Es que el modo acusatorio de la política o ciertas cloacas emisoras de noticias falsas pueden tener mayor relevancia que la acción del periodismo responsable?

Primero, los hechos: encontraron muerto en El Calafate a Fabián Gutiérrez, exsecretario de Cristina Fernández, quien según la Justicia fue víctima de un homicidio. Expresada esta verdad de modo elemental y bajo normas de estricto rigor profesional para no darle de comer a quienes creen que el periodismo es operación permanente, vale ahora hacer algunas interpretaciones para enriquecer el contexto ya que, por grave, el hecho se convierte hoy en una piedra más en el camino que transita Alberto Fernández.

El Presidente hoy vive un delicado momento desde que la economía se le ha derrumbado como nunca antes en la historia (cayó 26,4% durante abril, el primer mes completo de la cuarentena), mientras hay indicios de que desde algunas esferas orgánicas e inorgánicas de su gobierno se sigue operando sobre la Justicia, algo que él había desechado ya desde su primer mensaje en el Congreso.

Pero, además, transita otro más que complicada senda desde lo político no sólo porque hay quienes sospechan que "la gran cuarentena es una forma de sojuzgar las libertades y el concepto de República sino porque él mismo se ha dedicado, casi con actitud zen, a ponerle las dos mejillas a situaciones originadas dentro de su propia coalición, desvarío que le trae dos problemas conexos que debería resolver rápidamente: a) se entretiene demasiado en temas periféricos y b) esa actitud le horada, hasta no se sabe dónde, su imagen como gobernante.

Fernández acaba de enumerar, con cierta dosis de razón, que su hasta ahora corta gestión ha quedado marcada históricamente por tres situaciones que le "tocaron en suerte (o desgracia), como son "la pandemia, la deuda y el fin del patriarcado . Se cuidó muy bien de agregar a la lista de tareas sus propias dificultades, en cuanto a tener en funcionamiento un gobierno que opera con apenas tres o cuatro ministros y con algunos a media máquina, como el de Economía, quien sólo se ocupa de la deuda, mientras al Gobierno se le pide de mil maneras que alguien trace al menos una ruta que lleve hacia una salida económica razonable, mientras tiene algunos otros que son clave en esta hora, como el de Salud, quien se especializa en hacer profecías fallidas y en llegar tarde y mal a todos los problemas.

Todo este combo de un trabajo que hasta el momento se ha mostrado lleno de ineficiencias, saca a la luz de todo aquel que quiera verlo sin prejuicios que se han invertido (o quizás gastado) 100 días para preparar una situación sanitaria que aún sigue en peligro, mientras que el grueso de la población sufre y le dice al Gobierno a los gritos que le agradece el método de la cuarentena para achicar la cantidad de muertes por el Covid-19, pero que especialmente del Presidente espera mucho más en cuestiones económicas para evitar otras muertes, algo que también reflejan nítidamente las encuestas.

Tampoco Fernández sumó al conteo de las cosas que le "tocaron , varita mágica de por medio, todos esos bardos que le vienen armando desde adentro algunos de sus propios compañeros de ruta, quienes son especialistas en debilitarlo ante la opinión pública. Vale recordar en este punto la fallida expropiación a Vicentin propiciada por Anabel Fernández Sagasti, justo en medio de la negociación con los bonistas o en la semana que pasó, la invasiva presencia de Sergio Berni en un retén federal. Justamente, ambos funcionarios reconocen que la actual vicepresidenta de la Nación es su "jefa política . Y también le apareció al Presidente otra situación, como la del vandalismo en los campos (rotura de silo-bolsas, incendios, robo de ganado y de materiales, etc.), locura que nadie repudia como se debe en el Gobierno, salvo el proyecto de ley para endurecer las penas en estos delitos que Sergio Massa presentó en Diputados.

Los políticos de mala fe en la ciudad de los contagios

Los números no dan tregua, la curva del va para arriba y objetivamente éste es el peor momento para flexibilizar la cuarentena, pero es verdad que tampoco los gobernantes le encuentran la vuelta al mix para que la economía no se siga deteriorando.

 

Más allá de todos estos escollos sembrados en el camino por el que se supone es el bando propio, hay otro hecho más que relevante que ha salido de ese palo, situación que también lo desgaja a Fernández, algo que se acaba de verificar también desde el Instituto Patria debido a la enjundia que le ha puesto el kirchnerismo más fanático a la acción de vituperar al periodismo que no se allana a sus designios. El llamado caso de los espías de Mauricio Macri, una causa que tirada de los pelos tenía hasta el viernes en sus manos el juez Federico Villena en Lomas de Zamora, derivó en la peligrosa posibilidad de sumar periodistas a las indagatorias, a una eventual acusación o a un correctivo carcelario por estar asociados o ser directamente "espías . Pues bien, Villena fue apartado de la investigación por un superior en la Justicia lisa y llanamente por "falta de imparcialidad , calificación que para un juez debería alcanzar ribetes de estigma.

En la Argentina y en el mundo las redacciones siempre han sido un lugar clave para que agentes de inteligencia que sirven a intereses locales -o aún a extranjeros- se infiltren como forma de estar enterados antes de todo aquello que se cocina en el poder. La realidad indica que en estos tiempos de desaparición de redacciones y con la expansión de las redes sociales y de Internet esa presencia se ha ido diluyendo porque los recursos de manipulación se han desviado. Quizás por eso, la defensa que ahora el poder ensaya frente a la prensa para silenciar el camino a la verdad es la calumnia o el miedo. "El fundamento periodístico es buscar la verdad señalaba Ben Bradlee, el mítico director de The Washington Post, el diario que pulseó y le ganó con la verdad dos veces al gobierno de los EEUU, nada menos.

"Lamentamos que nuevamente tengamos que prestar atención a la Argentina, porque creíamos que la persecución, el acoso y la estigmatización gubernamental contra medios y periodistas era cosa del pasado acaba de consignar el titular de la SIP, Christopher Barnes. Ante las evidencias de los avances de Villena y de sus impulsores, ADEPA se mostró "preocupada porque figuras políticas hayan vuelto a elegir a medios y periodistas para denigrarlos con nombre y apellido, en tanto que FOPEA se refirió al "hostigamiento hacia algunos periodistas como un modo de imponer "miedo y autocensura hacia los demás.

zzzznacp2NOTICIAS ARGENTINAS BAIRES, ABRIL 14: (ARCHIVO) La vicepresidenta Cristina Kirchner presentó esta tarde un petitorio ante la Corte Suprema de Justicia para que determine

Y ahora, aparece en todo este horizonte de complicaciones que sufre el Presidente la muerte de Gutiérrez, un arrepentido clave en la causa de los cuadernos y alguien con capacidad para hacerle mucho daño a toda la familia Kirchner. Mientras las redes sociales se desgañitan de un lado y del otro de la grieta echándole culpas a CFK, a su sobrina política, hoy la fiscal del caso, o hablando de modo uniforme de "crimen pasional o de "hecho policial , el Gobierno ha presumido que sólo las declaraciones de quienes son opositores alientan la división. Vale asociar este hecho con la acción de la prensa: ¿es que el modo acusatorio de la política o ciertas cloacas emisoras de noticias falsas pueden tener mayor relevancia que la acción del periodismo responsable?

En este marco de confusión extrema se hace relevante separar la paja del trigo para saber quién sí y quién no puede hablar del tema más allá de las investigaciones del crimen de Gutiérrez y para saber también si el delito de opinión hoy está vigente en la Argentina. De cualquiera de los dos lados de la grieta, ¿se puede decir que se trata de un ajuste de cuentas propio de fulleros o de una nueva cortina de humo para tapar los desaguisados del Gobierno? ¿O que es un crimen político propiciado por quienes la buscan relacionar a la expresidenta? ¿O quizás que lo han mandado a silenciar desde la otra orilla para meterle miedo a los demás arrepentidos? ¿Se pueden obtener pruebas y publicarlas sin temor a ser acusados de connivencia con los agentes de inteligencia? Ante todo esto, ¿quién estará dispuesto a editar desde un ministerio un Manual de la Verdad?

Si se siguen los razonamientos oficialistas de los últimos días, el tema no debería ser tópico de los medios, sino que debería quedar encriptado en la comidilla de operadores que buscan llevar agua para sus propios molinos. Está más que claro que la oleada de agresiones y de amenazas contra la prensa que ha surgido desde muchos despachos oficiales apunta a que los periodistas sean corderitos que no se aparten de aquel primer y básico escalón informativo, para que no investiguen y para que no interpelen ni digan nada que el poder formal o fáctico no quiere que se diga.

De la salud a la economía y la teoría de los dos abanicos

Dos más que letales abanicos que operan al unísono, aunque a la inversa, se ciernen hoy sobre la Argentina. En uno, la pantalla se abre inexorablemente a partir de la aceleración de los casos de Covid-19 (geriátricos, colectiveros, asentamientos) mientras que el segundo funciona al revés, ya que se va cerrando también de modo inevitable, a medida que el desmembramiento económico que surge del parate productivo hace estragos.

Porque "el que calla, otorga , toda esta desagradable situación que horada la libertad de expresión también lo deja expuesto personalmente a Fernández, a quien se le reconoce un acabado conocimiento de las normas profesionales de la prensa, salvo que la fatiga de combate o la paranoia que persigue a todos quienes detentan el poder le haya obnubilado la interpretación de cuestiones constitucionales básicas, sobre todo si ha olvidado que la contracara de la libertad de expresión es el derecho que tienen los ciudadanos a recibir información segura desde el mismísimo envase, a partir de la rigurosidad, el profundo chequeo de las fuentes, la diversidad de testimonios y el aporte de documentación de respaldo.   

Esta tarea, que integra el abecé de la prensa, no es algo ideal para quienes desde un rincón del mismísimo Gobierno creen que los periodistas deberían ser empleados sin mayores miras, burócratas destinados a copiar y difundir las gacetillas que elaboran los poderosos, como forma ideal para que el pensamiento se unifique. Lamentablemente, es de esta oscura manera como hoy se está formando a las nuevas generaciones en muchas universidades y escuelas de periodismo de la Argentina, ya que a los alumnos no sólo les enseñan con enjundia los absurdos valores de una militancia que los tendrá atrapados de por vida, sino que se les esconde adrede el condimento básico de la profesión: la pasión por investigar y hacer periodismo crítico y equidistante. En última instancia, ésta es también una pelea entre la libertad y el sojuzgamiento.

Temas relacionados
Más noticias de Alberto Fernández
Noticias de tu interés