Es tiempo de apoyar a Mauricio Macri: ¿Churchill o Durán Barba?

Soy liberal, por lo tanto, el macrismo no me representa en nada y los que me leen saben lo ácidamente crítico que he sido con el amarillismo de este Gobierno. Pero una cosa es la decepción, que la tengo y probablemente sea compartida por muchos de los que me leen, y otra muy distinta es perder el árbol. Anoche el Peronismo volteó el ajuste de tarifas y lo festeja como en 2001, en un claro intento de evitar algo que a esta altura es evidente. De una forma u otra forma, por las buenas o por las malas, Argentina deberá acelerar su sendero de corrección fiscal o terminaremos defaulteando. Es así de simple, despertémonos de una vez y dejemos de pretender que somos un país rico y ostentoso. Otra vez más, la coyuntura nos pone en la disyuntiva de cargarle todo el error al actual gobierno y desentendernos de la responsabilidad que nos cabe como ciudadanos, desarmar todo de nuevo, romper todo otra vez y creer que con eso solucionaremos algo o ponerle el pecho a las balas. La severidad de la coyuntura actual fue causa de una seria de torpezas incomprensibles de este Gobierno sumada a la permanente resistencia que nosotros, los argentinos, le imponemos a cualquier intento de corrección. Somos una nación que se queja de la inflación, pero no se banca el costo de su corrección, nos quejamos también del endeudamiento externo, pero no nos bancamos gastar menos, y ahora el FMI nos presta para que podamos seguir gastando a este ritmo y tampoco nos gusta. Somos como la gata flora, no hay nada que nos venga bien y en este desquicio permanente en el que subsistimos, se nos va la vida girando como un trompo sin rumbo.

Otra vez mas, las tremendas circunstancias de los últimos días nos ponen en la disyuntiva de dar la espalda al actual Presidente, o perdonarle el error e intentar corregir desde acá, mucho más abajo que en diciembre 2017. Ya llegará el tiempo de analizar todo este desquicio innecesario con mayor tranquilidad y buscar responsables, pero no estamos ni cerca de que esto sea una crisis y para asegurarnos de que podamos reencauzarnos rápidamente, el presidente, Mauricio Macri, necesita de cada uno que votó cambio a pesar de esta inmensa decepción. Somos una Nación sin autodisciplina, que no puede ponerse de acuerdo en aspectos elementales muchos de ellos, alimentados por una oposición absolutamente destructiva y ante esta realidad, el mundo nos vuelve a tirar una soga y a controlarnos de que no nos patinemos la plata como siempre. Somos una vergüenza de nación que necesita ser tutoreada esta vez, por el FMI. Por lo tanto, más que tiempo de enojo, éste debería ser un momento de reflexión y vergüenza. Otra vez, el mundo nos tiene que rescatar de nuestra crónica incapacidad de autocontrolarnos y corregir nuestros dramas. El fracaso de estos días no es un fracaso del Presidente solamente, sería fácil describirlo así, por el contrario, el jueves negro dictaminó el fracaso de todos nuevamente, de cada uno de los argentinos que con nuestra permanente intolerancia impedimos cualquier intento de normalización.

Y así como siento que resulta indispensable a poyar al Presidente Macri en esta decisión crítica y lamentablemente autogenerada. Me permito sugerirle que utilice lo actuado para comprender que debe realizar cambios sustanciales a partir de hoy mismo. Primero, a diferencia de lo que su equipo les cuenta a los argentinos, la severidad actual no fue causada por un shock global sino por absoluta desprolijidad de gestión, sean sinceros por primera vez, dejen de mentirnos, no supieron corregir un solo desequilibrio macroeconomía relevante. Segundo, Argentina necesita intentar recuperar toda la confianza que por ingenuidad se perdió en cuatro meses después de la tontera del 28/12/17, dicha fecha deshizo en semanas lo avanzado en cuatro largos años de compresión de spreads. El riesgo país volvió a subir estrepitosamente relativo a nuestra historia reciente de los últimos dos años, gran parte de lo avanzado se evaporó y debemos desde mucho más abajo poder volver a convencer a un mundo que otra vez más nos mira con absoluta desconfianza. Con el mayor de los respetos Presidente, el equipo económico actual está sumamente desgastado y ya no puede volver a seducir a un mercado que nos viene shorteando violentamente desde hace días. Presidente Macri, a pesar de mi enorme decepción, mi apoyo seguirá siendo incondicional, pero respétenos, sea sincero, tome la pérdida y entienda que en los próximos días deberá ejecutar una serie enorme y costosísima de decisiones en el riñón de su equipo. Olvídese de lo políticamente correcto, enfrente a los argentinos y dígales que el ajuste es a esta altura, inevitable. Deje de escuchar a Durán e inspírese en Churchill.

* Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la posición de la UCEMA.

 

Temas relacionados
Más noticias de argentinos
Noticias de tu interés