Argentina ingresa a emergentes: ¿empieza el fin del caos?

Cuando toda la tragedia parecería estar en los precios. Desde abril, el inesperado e incomprensible desmanejo a cargo del BCRA enloqueció al mercado y a todos los argentinos. Entre mayo y junio, de $ 20,50, el Gobierno decidió licuarnos en 34% llevando al dólar a $ 27,50 y con ello colapsaron los bonos largos argentinos como el Centenario y ni hablar las acciones. El Centenario rendía al cierre de marzo 7,75% y esta semana tocó 9,08%, gestando un retorno negativo de 15% en solo dos meses. Banco Galicia, el ADR más líquido que se opera en New York cotizaba al cierre de marzo en 65, cuando el martes cerró en 38.75, implicando en retorno negativo de 40%.

Como se observa fácilmente, los tres grupos de activos más usuales en un país, moneda, renta fija y renta variable mostraron retornos apocalípticos, fruto de un plan de licuación que se salió de control y llevó al país a dos crisis cambiarias innecesarias y consecutivas, una en mayo e increíblemente, otra más en junio. Incluso, con rumores volcados durante el fin de semana referidos a que Argentina no entraba a emergentes, los activos argentinos el lunes fueron rematados literalmente descontando una situación de apocalipsis y crisis que siempre me pareció exagerada. ¿Hubo piso el lunes?

Decisión estabilizadora. Con la asunción del nuevo presidente del Central, Luis Caputo, el Gobierno intenta nuevamente obtener control sobre una variable que se les fue de las manos: el tipo de cambio. Parecería que Caputo, un hombre de mercado, que entiende que al mismo no se lo puede enloquecer con política monetaria aleatoria como lo hizo la administración anterior por 50 días, empezó a tomar varias decisiones en la dirección correcta.

Mauricio Macri, con Luis Caputo, el reemplazante de Sturzenegger en el BCRA, y el ministro Nicolás Dujovne
Una buena noticia para el equipo económico de Macri.

La primera prioridad para salir de esta sensación de caos es estabilizar al precio spot del dólar y Caputo en sus primeros días a cargo vino moviendo con resultados alentadores.

Además, en breve se debería comenzar a conocer el plan de desarme y extinción definitiva de las Lebac por bonos en pesos con plazos de vencimiento más altos y por lo tanto, con tasas de retorno mas bajas.

Esta descompresión en la parte corta de la curva de pesos alivianará seguramente dos frentes. Primero, ya no habría una montaña de pesos agazapadas al dólar todos los meses. Segundo, al desaparecer dicha demanda, el BCRA podría bajar las tasas cortas que hoy están al 47% y siguen asfixiando a la economía. De esta forma, parecería que por bien de todos, la secuencia incomprensible de tonteras iniciadas desde octubre 2017 por este gobierno y exacerbadas durante mayo y junio, comienzan a controlarse de caras a las elecciones del 2019.

Me imagino un segundo semestre 2018 durísimo y cruel y un 2019 a puro keynesianismo, esta vez, financiado por el FMI, de caras a ganar las presidenciales del 2019. Como ven, no me espero otra cosa que una estrategia clásicamente peronista y nada mas que eso, pero los activos financieros de un país emergente para estabilizarse no te van a pedir que te conviertas en Noruega mañana sino que puedas seguir siendo África en forma estable y ese parecería ser el pan del Presidente que incluso se percibe como mas cercano al peronismo racional con la salida de su mejor ministro, el señor Juan José Aranguren y el fin a su plan de ajuste de tarifas.

De esta forma, un Presidente incluso más peronista que antes, con estabilidad cambiaria, con licuación del stock de Lebac, con una reducción del déficit externo fruto de la devaluación y con una licuación de corto plazo del déficit fiscal fruto también de la devaluta, vuelven a estabilizar a este pequeño país africano que sigue sin rumbo de mediano plazo pero que parecería querer estabilizarse después del caos y de caras a las presidenciales del 2019.

Va quedando muy evidente que la Argentina económica del 2018 se va pareciendo bastante a la del 2015 y nuevamente la licuación al sector privado financia el no ajuste del sector público: todo un clásico en Peronia.

Ingreso a emergentes

La decisión conocida ayer ciertamente es otro guiño más en favor de un país que intenta normalizarse dentro de nuestro tan familiar estado de locura. No es que por esta decisión vaya a cambiar radicalmente el país. Tampoco es cierto que a partir de la misma vendrá inversión real.

Esencialmente, esta decisión implicará una sustancial mayor demanda por acciones argentinas que quizá contagie también al mercado de bonos propiciando una compresión de riesgo país que abandonamos desde octubre del 2017 y será necesaria dado que el país deberá seguir endeudándose por mucho tiempo. En este contexto, dado el severo castigo que absorbieron acciones y bonos argentinos, sumado a la estabilidad cambiaria a cargo de la nueva administración del BCRA, permite anticipar que el remate del lunes podría indicar un piso tanto en bonos como acciones argentinas.

No será fácil recuperar todo lo que se perdió en estos insólitos meses de histórica improvisación pero es un buen inicio comenzar a estabilizar y a sacar el caos de la psicología del mercado.

Desde este punto tres factores podrían contribuir a dicha recuperación: estabilidad cambiara, ingreso a emergentes y un Presidente Macri cada vez más peronista y por lo tanto reelegible. No se confundan: ingresar a emergentes no cambia nuestra incorregible esencia.  

"Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la opinión de la UCEMA".

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