Alberto tiene cartas para pelear el envido pero le exigen que gane el truco

El presidente Alberto Fernández tiene las cartas que le tocaron. En el reparto no fue muy agraciado. Apenas tiene para el envido pero le exigen que gane el truco. Puede ganar, pero tiene que ser muy cauteloso en cada decisión y estudiar al rival como si de ese juego dependiese su fortuna.

Hoy la Argentina, además de la delicada situación social con números alarmantes de pobreza e indigencia, tiene una economía frenada, una inflación altísima y una deuda enorme, impagable en los términos y condiciones actuales. Pero la deuda, que aparece como el factor más preocupante para varios analistas del mercado, no necesariamente lo es. Es que esta vez, y a diferencia de 2001, la deuda está en manos de profesionales (bancos, Fondo Monetario Internacional, etc) que entienden que el mejor negocio es renegociar. La inflación y la economía frenada parecen dos problemas más difíciles de resolver. En el medio, una crisis social que para miles de argentinos el largo plazo es si se cena a la noche.

Ayer se conoció la inflación de noviembre. Así, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 4,3%, impulsado por las subas en Alimentos y Bebidas; Salud; Transporte y Comunicaciones, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). Por otro lado, las consultoras privadas habían estimado en 4,1% la inflación minorista del mes pasado, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central.

La inflación de noviembre fue de 4,3% en noviembre pero los alimentos subieron 5,3%

Los datos de los rubros que más aumentaron tampoco son menores. Alimentos y Bebidas, el de mayor peso en la ponderación, subió 5,3%. Salud 6,3% por el aumento de los remedios y Transporte 4,6%. La preocupación se da porque está claro que la inflación sigue pegando donde más duele, es decir, en los sectores más desprotegidos.

El ministro Martín Guzmán dijo que para bajar la inflación la receta no puede ser atacarla solo con política monetaria. Está claro que bajar la inflación y reactivar el consumo son las dos aristas que más preocupan a un ministro que no tiene mucho margen de error dada la situación del país. Pero si el margen de error que tiene Guzmán es chico el del Alberto Fernández no es mucho mayor. Por eso son clave las primeras decisiones que tome el Presidente.

El Plan Integral Argentina contra el Hambre, es la primera política que implementará la flamante gestión. El eje central es que los sectores más vulnerables reciban alimentos a precios menores vía reintegro del IVA.

Pero para apuntalar esta economía en crisis el Gobierno no tiene las armas que sí tuvo Macri. Alberto Fernández no se puede endeudar porque el crédito hoy no existe. De ahí que el cepo a la compra de dólares seguirá y sacar retenciones industriales no figura en los planes. No es una cuestión ideológica, es económica.

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