"Es el momento preciso", asegura. Desde hace más de dos décadas Diego Bleger se desempeña en la firma de servicios profesionales KPMG Argentina y hace tres años que ejerce el rol de socio líder de Advisory. Conoce bien de cerca el día a día de las empresas y las PyMES argentinas y cree que, por más incertidumbre política y económica que haya, esta es la oportunidad indicada para invertir en tecnología e innovación. "Cuando la Argentina se estabilice hay que estar preparados", complementa.
Bleger es contador público egresado de la UCEL de Rosario y posee un MBA en IAE Business School. En la oficina local de la compañía dirigió múltiples proyectos de asesoría en materia de conflictos judiciales y privados, además trabajó durante seis meses en la sede de Nueva York y tres años en la subsidiaria en Chile. Su contacto directo con el mundo corporativo lo hace tener el termómetro justo a la hora de analizar la situación del ecosistema empresarial nacional. Y vislumbra un escenario con menos M&A y más asociaciones estratégicas.
Este auge de lo colaborativo también se traslada a nivel interno en las compañías. El ejecutivo brinda su visión sobre las claves a la hora de invertir en desarrollo tecnológico, cuáles son los errores más frecuentes y qué posibles conflictos puede traer aparejados este proceso. "Las empresas saben que esto va a cambiar para bien y hay que estar preparados".
La inflación muy alta perjudica la planificación, pero las empresas en la Argentina ya estamos acostumbradas a convivir con inflación más que otros países del mundo. Bajo esas expectativas uno va creciendo y se va desarrollando. Hoy todo el mundo apuesta a insertarse en el mundo, exportar y llevar sus productos a otros mercados. Esto es tanto para las grandes compañías como para las PyMES.
Además, estoy viendo un cambio a nivel internacional. Siempre hubo muchas compras y ventas de empresas en el mundo, hoy se está dando mucho el trabajo de forma conjunta, o sea, la asociación entre compañías. Se está viendo mucho esto de tener socios estratégicos para hacer todo más ágil y eficiente.
¿Cómo influye este contexto económico argentino en las empresas a la hora de decidir cómo y cuándo invertir?
El mundo, hoy en día, se independizó de todo eso. Hace muchos años iba de la mano de la economía local, hoy viene de la mano de la tecnología a nivel mundial. Las empresas tienen que innovar debido a que el mundo cambió de forma dinámica. Hoy existen empresas mucho más chicas y tecnológicas que se crean desde el medio tecnológico. Una industria que se tuvo que amoldar es la banca con el surgimiento de las fintech, que compiten con los bancos internacionales y locales de la misma forma. Se tuvieron que aggiornar a las nuevas formas de trabajar.
Hoy las empresas argentinas, muchas debido al gran consumo que existe, están con muchos pesos encima y la mejor forma de ahorrar o conservar el valor es invertir en tecnología. Con un dólar a $ 365 (N.d.R: la entrevista se realizó unos días antes del ballotage, hoy el dólar oficial cotiza a $ 378,50) compran tecnología medianamente barata o competitiva para poder producir. Estamos viendo mucha inversión en tecnología.
¿Qué tipo de herramientas o innovaciones son las que mueven el mercado hoy?
Lo que más está en boga es la Inteligencia Artificial. Todo el mundo sabe que la IA llegó para quedarse. Hubo muchos modelos tecnológicos que entraron al mercado y no repercutieron o impactaron como para hacer esa transformación, siguieron de largo, pero se ve y siente que la IA va a ser algo disruptivo que va a generar un cambio en la forma de trabajar y vivir. ¿Qué busca la empresa? Reducir costos, ser más efectivos, más ágiles. Algo que te permite la IA es leer los datos más rápido y hoy todo se basa en datos. En el pasado las decisiones se tomaban por experiencia o intuición, hoy se toman con datos. La IA te permite absorber una gran cantidad de datos, analizarlos y comprenderlos de una forma más simple. Así se toman mejores decisiones, más acertadas.
Lo más importante es entender a la sociedad, qué precisa el mercado, y desarrollar productos o servicios de una forma más puntual. Otra cosa que piden mucho es RPA (automatización robótica de procesos, por sus siglas en inglés). Antes había tareas, como el reclamo de facturas, que te obligaban a levantar el teléfono para llamar a cada cliente, ahora esos procesos se robotizaron. No solamente ayuda a tener mejores costos, sino también a eficientizar.
La tecnología también trae más vulnerabilidades para una empresa que quizá no tenía una pata tan fuerte en el mundo digital...
Cuanta más tecnología, los puntos de ataque se multiplican y existen más espacios para atacar. La transformación trae muchas cosas positivas, pero tiene su costado difícil que son los ciberataques. Muchas organizaciones abusan de eso para generar algún daño y tener una recompensa ilegal. Tanto la tecnología como la parte de defensa tienen que ir de la mano y crecer de forma constante y segura. Hay compañías que son atacadas y les generan un gran daño en sus activos y en su reputación. Uno no quiere tener dinero en un banco o una fintech que es atacada porque no se siente seguro. Entonces es clave invertir en todo lo que sea defensa de estos ciberataques.
¿Cuáles son los errores más comunes de las empresas cuando se meten en estos proyectos?
La tecnología viene con una velocidad realmente muy acelerada. Hay muchas empresas que se llenaron de tecnología pensando que era la solución y no lo es. La tecnología es un medio para agilizar y hacer todo más productivo en la Argentina. Pero si no tenés la cultura del cambio o de ser ágil, termina siendo un peso más que una solución.
El gran error de las compañías es pensar que compran tecnología y tienen que amoldarse para ser más ágiles. En realidad tienen que encontrar una tecnología que ayude a que sus procesos sean más ágiles y productivos. A generar más innovación en la cultura de la gente. Pero si el liderazgo no está apto para realizar el cambio, por más que metas tecnología entonces el cambio no se va a producir.
¿Y el liderazgo qué rol ocupa?
Invertir en tecnología no es lo único. La empresa tiene que tener una cultura de innovación. Los líderes de hoy tienen que tener un liderazgo ágil que fomente la experimentación. Tiene que ser un liderazgo servicial, es decir, que sean personas que ayuden a sus equipos a generar más innovación y mejores ideas, en lugar de castigar las ideas. En toda etapa de innovación, el 80 por ciento de las ideas fracasan, pero el 20 por ciento restante te puede cambiar la forma de trabajar. Se cometen muchas fallas y errores en ese camino y si la empresa no tiene esa cabeza, se termina. Hay que buscar la forma de mejorar y esas empresas son las que van a tener éxito.
Siempre se asocia a la juventud con estos tipos de liderazgos. ¿Hoy los líderes old school siguen vigentes bajo este esquema?
Antes siempre se hablaba del cliente en el centro, ahora se habla de los recursos de la compañía también en el centro. Y si no tenés un liderazgo soft, los mejores recursos se terminan yendo. La rotación es alta y después de una gran crisis, como lo fue la pandemia, la gente se replantea mucho su vida. Prefieren estar en compañías con liderazgos mejores, pero ganar menos. Los liderazgos de antes, que bajaban línea, hoy casi no existen y no resisten. Hay que cuidar a la gente y poner a los recursos en el centro porque son los que van a hacer la diferencia real en una compañía. La gente joven no tuvo que adaptarse porque crecieron con esa mentalidad más colaborativa. Los que triunfaron son los que pudieron reconvertirse y traer la experiencia del mundo pasado al actual.
Mencionó a las pequeñas y medianas empresas, ¿cuán avanzado está este proceso de transformación dentro de ese ecosistema?
Se nota que las PyMES están invirtiendo porque muchas tienen sobrante de pesos y no se quieren quedar con eso, entonces invierten en procesos y tecnología. Saben que esto va a cambiar para bien y quieren estar preparados. Este es el momento preciso. Cuando la Argentina se estabilice, ahí las compañías tienen que estar robustas y formadas.
¿Qué retos tendrán las compañías después del 10 de diciembre?
Los retos van a ser los mismos. En alguna que otra medida creo que hoy las empresas tenemos que estar insertadas en el mundo porque no todo se produce acá y se comercializa internamente. Tenemos que estar conectados con el mundo y bailar la música que toca el mundo. Acompañar e invertir. Llevará tiempo reorganizarnos, pero la Argentina siempre lo termina logrando.
La versión original de esta nota se publicó en el número 359 de revista Apertura.
