

La Municipalidad de Tupungato está interesada en concretar un proyecto para crear su propio Museo del Vino. El objetivo es claro: reunir en un mismo sitio toda la variedad enológica que producen las bodegas de la zona, contar con un espacio cómodo y moderno para degustaciones, narrar su pasado de inmigrantes visionarios que apostaron al potencial vitivinícola de esas tierras y ofrecer al turista una oferta compuesta de recorridos, lugares y actividades que puede realizar cuando llega a Tupungato.
El terreno elegido para la obra es realmente estratégico, ya que allí la ruta que proviene de la ciudad se bifurca en tres caminos que conducen a zonas productivas de relevancia: la moderna ruta 89 que conecta con el Manzano Histórico y nuclea a gran parte de las inversiones extranjeras; la calle La Vencedora que enlaza con el distrito de Gualtallary; y la ruta que continúa hacia el Cordón del Plata y de allí al Corredor Productivo. En esa esquina agreste planean levantar un edificio compuesto por tres bloques arquitectónicos en los que se sitúen el museo, un restaurante y un salón para eventos y usos múltiples.
El diseño fue diagramado por el arquitecto Héctor Páez respetando el paisaje típico de Tupungato, por lo que eligió materiales tradicionales (ladrillos, tejas y techos con mucha madera) fusionados en una composición vanguardista. El complejo fue ideado con grandes ventanales para que el edificio integre el paisaje de viñedos característico de la zona y, en los espacios exteriores, habrá pérgolas con distintas variedades de vid y fuentes que se transforman en las típicas acequias y canales de piedra mendocinos.
Si el proyecto sigue el curso esperado, los tupungatinos también tendran su propio Museo del Vino. z we










