Con la desaceleración más rápida de lo esperado que sufrieron los precios de los productos agropecuarios y la pérdida de fuerza de los de alimentos procesados, el ndice General de Precios-10 (IGP-10) sorprendió a los economistas al retroceder de 0,63% a 0,42% entre diciembre y enero, aunque ese movimiento no generó perspectivas más optimistas para la inflación al consumidor en el primer mes del año.

Como las condiciones climáticas desfavorables siguen presionando a los alimentos in natura y cereales, analistas continúan esperando un fuerte avance del grupo alimentación en el IPCA ( ndice de Precios al Consumidor Amplio).

El ndice de Precios al Productor Amplio (IPA), que tiene un peso de 60% en los IGPs, cedió de 0,66% a 0,34% en el pasaje mensual, con tasas más bajas tanto en los productos agrícolas (1,21% a 0,35%) como en los industriales (0,44% a 0,34%). En contrapartida, el ndice de Precios al Consumidor (IPC) avanzó de 0,65% a 0,76% en el período, empujado principalmente por el grupo alimentación, cuya suba pasó de 0,97% a 1,54%.

Divulgado la semana pasada, en el IPC de Fipe, que calcula la variación mensual de los precios en la ciudad de San Pablo, los alimentos registraron un alza más importante. El grupo subió 2% en la segunda semana de enero, por encima del avance de 1,76% observado en la apertura del mes.

Soja y maíz, que están cediendo y tiene un peso elevado en el mercado mayorista, pesan poco en la cesta de consumo. Alimentos in natura y cereales, por otro lado, están subiendo bastante, por lo que vemos al grupo alimentación con un alza en el IPC, dijo Flavio Serrano, de BES Investimento.

Dentro del IPA, la soja intensificó su deflación de 1,94% a 4,49%, mientras el maíz desaceleró de 6,95% a 0,63%. Por otro lado, en el IPC, se encarecieron las hortalizas y legumbres (-2,61% a 6,45%), frutas (1,39% a 2,91%) y aves y huevos (2% a 4,1%). Según Serrano, esas subas son estacionales y no se disiparán en el corto plazo, lo que aumentará el IPCA para algo en torno de entre 0,8% y 0,85% a final de mes.

Fabio Romao, de LCA Consultores, expresó que la corrección hacia abajo de los precios de granos, motivada por las perspectivas de mejores cosechas en 2013, llegó a los bovinos, que pasaron de una suba de 0,86% a un retroceso de 2,37%, y se está transmitiendo a los alimentos industrializados. Entre diciembre y enero, productos alimenticios y bebidas pasaron de un avance de 0,81% a una deflación de 0,09%.

Como la expectativa es que la deflación en la soja se intensifique a lo largo del mes, y que los precios industriales continúen mostrando una tasa comportada, Romao espera una suba más baja del IGP-M en enero, de 0,27%. Sin embargo, las buenas noticias en el segmento mayorista no evitarán que los precios de los alimentos crezcan 1,5% en el IPCA de enero -según las previsiones de LCA- porque el escenario para la producción de alimentos in natura se mantiene desfavorable.

Por otro lado, la estimación de Romao para los índices al consumidor del próximo mes es de una desaceleración relevante, empujada principalmente por los alimentos y por la caída de las tarifas de energía eléctrica. La consultora proyecta que el IPCA retrocederá de 0,87% a 0,43%, entre enero y febrero.

Según Salomao Quadros, de la Fundación Getulio Vargas (FGV), la reducción del precio de las commodities agrícolas, detectada en enero, llegará en los próximos meses al IPC. La suba en los precios de aves y huevos en el sector minorista, son resultado de la reciente valorización de la soja, grano utilizado para la fabricación de forraje animal. En relación a las hortalizas, legumbres y frutas, Quadros afirmó que las lluvias perjudicaron las cosechas.