El desacople entre el segmento minorista y la industria aumentó en 2012, lo que indica que los estímulos brindados por el gobierno brasileño fueron más eficientes para ampliar el movimiento comercial que la producción industrial.

Mientras el primer sector cerró los once meses hasta noviembre con un crecimiento acumulado de casi 9% (8,9% en el concepto restricto y 8,5% en el ampliado, que incluye automóviles y materiales de construcción civil), la producción del segmento de elaborados cayó 2,7% en igual período.

Esa diferencia de once puntos porcentuales quedó solamente detrás de la de 2009, año en que la producción sufrió un tropiezo de 7,3%, alcanzada por la crisis externa, mientras las ventas del comercio subieron 6,8% en el segmento amplio.

Economistas estiman que las importaciones continúan explicando buena parte de la discrepancia entre consumo y producción industrial, aunque el deterioro de la economía internacional, que minó el desempeño de las exportaciones, y el peso negativo de los stocks, ganaron relevancia en 2012.

Desde 2005, las ventas minoristas acumulan una suba de 76% mientras la producción creció solo 8%, considerando el dato mensual con ajuste estacional de los dos sondeos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Ex secretario de Política Económica del ministerio de Economía, Júlio Gomes de Almeida cree que, si se compara el desempeño del comercio con la evolución de la producción de bienes de consumo, que cayó 1% entre enero y noviembre, el descompás entre la industria y el segmento minorista es más bajo, pero relevante. De Almeida evalúa que, sin el Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI), la diferencia podría aumentar. Considera que la política de incentivo fue importante para que la industria automotriz colocara los stocks que había acumulado hasta mediados de mayo.

Entre enero y noviembre, la producción de vehículos automotores -que incluye camiones-encogió 7,5% ante el mismo intervalo de 2011, mientras las ventas de vehículos, motos, partes y piezas subieron 7,4% en igual comparación, diferencia que, para De Almeida, se explica a través del proceso de acúmulo de stocks en la primera mitad del año. Según Anfavea, la entidad que reúne a automotrices, la producción de vehículos cerró con una retracción de 1,9%.

Para el economista, los importados no marcaron la diferencia para acentuar la discrepancia entre oferta y demanda el año pasado, porque no ganaron terrenos sobre los productos nacionales ni perdieron participación en el consumo interno, pero el retroceso de las exportaciones de bienes industrializados ante una débil coyuntura global fue decisivo para ese movimiento. En 2012, el valor exportado de productos elaborados fue 1,7% inferior al de 2011.