

El estancamiento de la producción industrial en 2011 en Brasil contuvo las inversiones que algunos sectores habían planeado a finales de 2010.
Pero para 2012, ocho de los nueve rubros industriales consultados por Valor planean mantener o aumentar el volumen de desembolsos en proyectos de ampliación o modernización de la producción -juntos, esos segmentos representan la mitad del valor de la producción de la industria de elaboración. Máquinas, químicos, automóviles, autopiezas, materiales de construcción y electro electrónicos estiman que aumentarán las inversiones, mientras el sector de alimentación y el mobiliario considera que las mantendrá estables y en el caso de los calzados los planes dependerán del efecto de las medidas implementadas o anunciadas por el gobierno.
Parte de la industria apuesta en las señales que ha dado el gobierno acerca de que la inversión pública se recuperará y en la necesidad de infraestructura para el Mundial de Fútbol y la Olimpíada en los próximos cuatro años como garantía de que habrá una demanda creciente y, en consecuencia, no encuentra motivos para revisar las inversiones programadas. Para otros segmentos, las perspectivas son menos optimistas, porque juegan contra ese escenario el nivel confortable de utilización de la capacidad instalada, el deterioro previsto en el escenario externo, que debe llevar a Europa a la recesión, y la competencia con los importados.
Entre los sectores que ven un ambiente desafiante en los próximos años está el de bienes de capital, sensible a la demanda por ampliación de la capacidad instalada de otras áreas de la economía.
Para Mario Bernardini, asesor económico de la presidencia de la Asociación Brasileña de Máquinas y Equipamientos (Abimaq), 2011 fue un año decepcionante, porque existía la percepción de que el gobierno daría prioridad a las inversiones. Con las promesas gubernamentales, preveíamos un crecimiento real de 10% de la facturación en el sector de bienes de capital, afirmó. Según la Confederación Nacional de Industria (CNI), hasta octubre, las ventas del sector, descontada la inflación, crecieron 5,9% ante igual período de 2010.
El avance que superó la expectativa provocó que las intenciones de inversión declaradas en el inicio de cada año por las empresas cayesen de R$ 8.000 millones en 2010 para algo entre R$ 4.000 y R$ 5.000 millones en 2011. Sin embargo, Bernardini destacó que la ejecución puede haber sido aún peor.
Para 2012, el asesor de Abimaq no espera un período brillante, sino un inicio débil y una gradual aceleración a lo largo del año. La previsión es que las inversiones aumenten entre 5% y 6%, lo suficiente para recomponer el crecimiento de la demanda.
Para la Asociación Brasileña de Industrias de Calzados (Abicalcados), la perspectiva no es mucho mejor. En 2011, según proyecciones de la entidad, el sector invirtió 20% menos en relación a los R$ 550 millones de 2010. Para el segmento, el problema no es solamente el enfriamiento de la demanda, sino la fuerte competencia de los importados.
Milton Cardoso, presidente de Abicalcados, señaló que algunas de las medidas anunciadas, en caso de concretarse mejorarán el perfil de inversiones este año. Acciones como la desgravación de la nómina salarial, dentro del Plan Brasil Mayor, y de las exportaciones, con el Reintegra, pueden aumentar la competitividad del sector. Pero, según Cardoso, el nivel del cambio será determinante para que empresarios decidan prorrogar o no las inversiones. En la industria química, la preocupación con el aumento de la competencia con productos importados también da el tono a las previsiones para 2012.










