

La tasa de desempleo en Brasil, de 6%, permanece en un nivel históricamente bajo, mientras la creación de vacantes continúa robusta a pesar de las señales de enfriamiento de la economía. En los primeros nueve meses del año, se incorporaron más de dos millones de puestos de trabajo formales.
Sin embargo, ese escenario no fue suficiente para contener los gastos del gobierno con el seguro-desempleo. En el primer semestre, los gastos con el beneficio crecieron 15,8% en relación al mismo período del año anterior, a pesar de la promesa oficial de economizar, en esa rúbrica, R$ 3.000 millones, como parte del esfuerzo de consolidación fiscal anunciado en el inicio del año.
Rodolfo Torelly, director del Departamento de Empleo y Salario del ministerio de Trabajo y Empleo (MTE), afirma que parte de ese salto se debe a la política de valorización del salario mínimo, pero reconoce que el gobierno enfrenta un problema de fiscalización.
Teóricamente, la concesión del seguro desempleo puede cancelarse en caso de que el trabajador rechace una oferta de empleo con calificación y remuneración similar a la última función que ejerció.
Hasta finales de 2010, el gobierno no tenía como comprobar si el trabajador incluido entre los beneficiados estaba, de hecho, en busca de un nuevo puesto de trabajo. A partir del Portal Más Empleo, cuya etapa de implantación terminó en septiembre, cualquier trabajador que ingrese en el seguro desempleo será automáticamente inscripto en lo que el ministerio denomina proceso de intermediación del empleo y solo podrá rechazar una vacante por un justificativo plausible, como un problema de salud o dificultad de transporte.
La economía esperada en 2012 con el nuevo sistema es de R$ 2.000 millones. En el primer semestre, el número de partes pagadas en los estados pioneros en la implantación del Más Empleo -Rio Grande do Sul, Paraíba y Mato Grosso do Sul-retrocedió 5,3% ante el mismo período de 2010. En Brasil, se registró un crecimiento de 6,7%, en la misma base de comparación.










