El esfuerzo del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva para elegir una mayoría estable en el Senado, su mayor fuente de problemas en el gobierno pasado, dio resultado.

El promedio de apoyo a los proyectos de interés del gobierno de su sucesora, Dilma Rousseff, cerró el primer semestre con el respaldo de 55,18% de los votantes, contra el promedio del segundo mandato de Lula, que fue de 48,66%. De las 18 votaciones en el plenario del Senado, el gobierno no perdió ninguna.

Una situación diversa tuvo lugar en la Cámara de Diputados, de acuerdo con un minucioso informe de las votaciones en el Congreso, en el primer semestre del nuevo gobierno, preparado por la consultora Arko Advice.

Pero no tan diferente, como podría pensarse en función del clima de crisis de los últimos seis meses, cuando dos ministros importantes (el ex jefe de Gabinete, Antonio Palocci, y el ex ministro de Transportes, Alfredo Nascimento) cayeron y otros dos cambiaron de lugar; Ideli Salvatti salió de Pesca hacia el Ministerio de Relaciones Institucionales, en el lugar del diputado Luiz Sergio.

En ese período, Rousseff contó con el respaldo de 54,1% de los diputados, índice inferior a los primeros seis meses del primer mandato de Lula (55,75%), pero superior al del semestre que inició el segundo gobierno del ex sindicalista (51,4%).

Los números reunidos por Arko Advice revelan una base nominalmente consistente, pero también vulnerable a intereses, como nominaciones y liberación de fondos del Presupuesto. Como ejemplo, está el caso el Partido de la República (PR), una agrupación dividida a causa de los intereses de sus diversos grupos en el Ministerio de Transportes.

La sigla comenzó el mes de febrero con apoyo de 80,95% en el Senado y cayó en los meses sucesivos, alcanzando su nivel más bajo en mayo (40%). Volvió a subir cuando percibió que sus posiciones en el ministerio corrían riesgo, y en julio, volvió a 80%. El área de Transportes se está reestructurando de forma integral.