

La Fuerza Aérea de Estados Unidos acaba de dar un paso histórico al iniciar las primeras pruebas del E-4C SAOC, el sucesor directo del legendario E-4B Nightwatch, conocido como el "avión del juicio final".
La aeronave, desarrollada en conjunto con Sierra Nevada Corporation, tuvo su vuelo inaugural en Dayton, Ohio, marcando el inicio de una nueva etapa en la defensa estratégica del país.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos dio un nuevo paso histórico
El SAOC (Survivable Airborne Operations Center) no es un avión común: está diseñado para garantizar la continuidad del gobierno y el control militar incluso si los centros de mando en tierra quedaran inutilizados. Su misión es asegurar que, en el peor escenario posible, Estados Unidos pueda coordinar operaciones nucleares y mantener la comunicación con todas sus fuerzas.

Por esta razón, se le conoce como un verdadero Pentágono volante, capaz de resistir ataques cibernéticos, pulsos electromagnéticos e incluso escenarios de guerra total.
El fin de una era para el Nightwatch
El actual E-4B Nightwatch, basado en un Boeing 747-200 de los años setenta, se acerca al final de su vida útil. Hoy permanecen en servicio solo cuatro unidades, con una disponibilidad operativa del 55% y altos costos de mantenimiento.
La llegada del E-4C SAOC permitirá reemplazar progresivamente a estos gigantes, manteniendo siempre una flota activa que garantice la seguridad y la capacidad de respuesta del país.
Tecnología de última generación
El nuevo modelo parte de la base del Boeing 747-8, el último avión comercial de cuatro motores producido en Estados Unidos. Esta versión ofrece mayor autonomía, motores más eficientes y un fuselaje más amplio, lo que brinda espacio suficiente para integrar sistemas avanzados de comunicaciones, blindaje reforzado y equipos redundantes.
Además, podrá realizar operaciones prolongadas gracias a su capacidad de reabastecimiento en vuelo, una característica esencial para sobrevivir en escenarios de crisis global.
Una década de transición
El contrato del programa SAOC, valorado en más de 13.000 millones de dólares, marca un cambio en la estrategia del Pentágono: por primera vez, Boeing no lidera la integración, sino que el trabajo está a cargo de Sierra Nevada y un grupo de socios especializados.
Los primeros aviones estarán listos hacia 2026, iniciando un proceso escalonado que retirará a los viejos E-4B y consolidará al E-4C SAOC como la aeronave más resiliente y estratégica de Estados Unidos.
















