La pregunta ancestral de la filosofía griega que dio sentido al mundo y hoy sirve para entender cualquier momento de la vida
Se trata de una duda que sirve como herramienta para la reflexión de un sinfín de situaciones.
Las paradojas son una herramienta de reflexión popular entre los filósofos desde tiempos inmemorables, pues permiten obtener una perspectiva más amplia sobre diversos aspectos de la vida y resolver dilemas que de otra manera quizás nunca hubieran sido cuestionados.
De esta forma, aproximadamente en el año 100 d.C , el filósofo e historiador griego Mestrius Plutarchus planteó una teoría que daría lugar a un gran abanico de dudas existenciales y posturas que en la antigüedad se convirtieron en objeto de debate y hoy sirven para reflexionar sobre el mundo que nos rodea. Aquí te contamos de qué se trata.
La pregunta ancestral de la filosofía que permite reflexionar sobre cualquier momento
El barco donde volvieron Teseo y los jóvenes de Atenas era conservado desde la época de Demetrius Phalerus, pues para su mantenimiento retiraban las tablas dañadas, poniendo otras nuevas que resultaran más resistentes. A raíz de esta situación, el filósofo planteo una incógnita crucial: ¿Sigue siendo el mismo barco pese a que todas sus partes cambiaron o se está en presencia de un objeto completamente nuevo?
A esta paradoja se la conoció como paradoja del reemplazo, y los filósofos se han situado en posturas variadas con el correr de los años, intentando otorgarle una respuesta.
Cuál fue la respuesta de los filósofos a esta pregunta
Cómo mencionamos, fueron diversos los filósofos que intentaron resolver esta paradoja desde distintos enfoques, por ejemplo, Heráclito propuso un no rotundo como respuesta. De hecho, según su pensamiento, no es posible que un hombre pueda cruzar el mismo rio dos veces, pues no se estará en presencia ni del mismo hombre ni del mismo río.
En la vereda opuesta, Aristóteles defendió que sí se trata del mismo barco y su fundamento se sostuvo en cuatro pilares básicos
- El diseño del barco de Teseo se mantuvo incluso con los cambios en sus partes
- El material del que se había hecho había cambiado
- El propósito del barco se mantenía pese a sus modificaciones
- Las herramientas utilizadas y quiénes se encargaron de la mano de obra también se mantuvieron.
Así, según su punto de vista, si de los cuatro pilares fundamentales tan sólo uno había cambiado -el material del que estaba hecho- entonces la esencia del barco seguía siendo la misma, por consecuencia, se trata del mismo objeto.
Por qué esta pregunta filosófica sirve hoy
Esta paradoja es completamente atemporal, es decir, así como funcionó en la antigüedad, actualmente invita a reflexionar no sólo sobre nuestra identidad personal sino también a nivel social.
Es que esta pregunta filosófica busca responder qué es lo que nos define y cómo nos afectan los diferentes cambios que experimentamos con el paso del tiempo, ¿pueden moldear nuestra personalidad o siempre somos los mismos?
En esa línea, también puede aplicarse para comprender la sociedad en la que vivimos, en qué momento deja de ser lo que conocemos para mutar y transformarse en algo completamente diferente. Así, esta pregunta invita a realizar una reflexión y nos desafía a aplicarla a las situaciones que nos rodean y responderla desde la mirada que se considere más acertada.