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La región de Asia-Pacífico atraviesa un momento de gran incertidumbre, donde se combinan tensiones territoriales, disputas comerciales y una creciente carrera armamentista. En el centro de este escenario se encuentran Estados Unidos y China, dos potencias que rivalizan por la influencia política, económica y militar en el área.

Mientras Washington refuerza alianzas estratégicas con países como Japón, Corea del Sur y Filipinas para garantizar su presencia en la región, Pekín avanza con una política más asertiva en el Mar de China Meridional y sobre Taiwán, buscando consolidarse como potencia dominante. Este choque de intereses convierte al Asia-Pacífico en uno de los focos más delicados del equilibrio internacional actual.

Tiembla China: Estados Unidos confirmó una alianza estratégica que acabaría con todo su poder

La alianza entre India y Filipinas representa una ventaja estratégica significativa para Estados Unidos en el complejo tablero del Asia-Pacífico. Washington lleva años impulsando la idea del Indo-Pacífico libre y abierto, y la cooperación entre Nueva Delhi y Manila refuerza esa visión sin que sea necesario un involucramiento directo en todos los frentes.

Para Estados Unidos, esta relación bilateral significa que dos países clave -ubicados en puntos críticos de la región- se alinean con sus intereses decontener el avance territorial de China y garantizar la seguridad de las rutas marítimas más transitadas del mundo.

Además, la transferencia de misiles BrahMos y el fortalecimiento de las capacidades navales filipinas permiten a Estados Unidos compartir la carga de la defensa regional, reduciendo la presión sobre sus propios recursos militares. Al mismo tiempo, el papel más activo de India consolida su rol como contrapeso natural frente a Pekín, lo que amplía el margen de maniobra de Washington en otros escenarios como Europa o Medio Oriente.

En síntesis, esta alianza no solo fortalece el eje defensivo contra China, sino que también amplía la red de aliados de Estados Unidos, diversifica los puntos de resistencia y refuerza la credibilidad de su estrategia regional sin aumentar de forma excesiva su exposición directa.

La rivalidad histórica de China con los nuevos aliados de Estados Unidos

La rivalidad de China con India y Filipinas tiene raíces históricas y geopolíticas profundas, y explica por qué la alianza entre ambos países adquiere tanta relevancia en el actual escenario del Asia-Pacífico. Las tensiones entre India y China datan de la guerra fronteriza de 1962 en el Himalaya y persisten con enfrentamientos esporádicos, como el de 2020 en Galwan.

Más allá de lo territorial, India ve a China como rival estratégico por el control del Océano Índico y su influencia en Asia del Sur, reforzada por la iniciativa de la Franja y la Ruta.

En el caso de Filipinas, la disputa se centra en el Mar de China Meridional, donde Pekín reclama casi toda la zona bajo la "línea de nueve trazos". Aunque en 2016 un tribunal internacional falló a favor de Manila, China rechazó el veredicto y consolidó su presencia con islas artificiales y bases militares, desafiando directamente la soberanía filipina.

Para Pekín, esta alianza simboliza un doble desafío: enfrentar la resistencia de Manila en el mar y la presión de Nueva Delhi en tierra y en el Índico. Para Washington, en cambio, es una oportunidad de reforzar un eje estratégico en dos de los puntos más sensibles de la proyección de poder china.