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La tensión entre Estados Unidos y China volvió a escalar este domingo luego de que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, advirtiera que la Casa Blanca podría restablecer aranceles sobre productos chinos si Beijing incumple el acuerdo de suspender las restricciones a la exportación de tierras raras, materiales esenciales para la industria tecnológica y militar global.
En declaraciones a la prensa, Bessent señaló que China ha sido en el pasado un “socio comercial poco confiable”, y que el Gobierno de Donald Trump está preparado para aplicar “máxima presión” si detecta un nuevo bloqueo en el suministro.
“Si China vuelve a utilizar las tierras raras como arma económica, responderemos con medidas firmes, incluidos nuevos aranceles”, advirtió el funcionario.
Estados Unidos lanza una dura advertencia a China
Las tierras raras son un grupo de 17 minerales indispensables para la fabricación de chips, baterías, vehículos eléctricos, armamento y equipos electrónicos. Aunque Estados Unidos posee reservas, China controla más del 90% del procesamiento mundial, lo que le otorga una influencia determinante sobre la cadena global de suministros.

Según Bessent, las administraciones anteriores “subestimaron el riesgo estratégico” de depender casi por completo del refinado chino. Por eso, la nueva política busca reducir la vulnerabilidad industrial y fomentar la producción local y las alianzas con otros países productores.
Trump y Xi Jinping alcanzaron un nuevo acuerdo: de qué se trata
Tras una cumbre entre Donald Trump y Xi Jinping en Corea del Sur, Beijing anunció que suspenderá durante 12 meses las nuevas restricciones a las exportaciones de tierras raras y tecnologías relacionadas. Sin embargo, algunas limitaciones previas siguen vigentes, lo que genera desconfianza en Washington sobre la verdadera extensión del compromiso.
Como parte del acuerdo, Estados Unidos se comprometió a reducir en un 10% los aranceles a ciertos productos chinos, aunque el beneficio podría revertirse si Beijing incumple las condiciones.
El pacto bilateral también incluye una colaboración en el combate al tráfico de fentanilo, una droga sintética de la que China es el principal origen, según la DEA, y que ha provocado decenas de miles de muertes en EE.UU.
Bessent aclaró que la intención del Gobierno no es romper relaciones con China, pero sí “reducir riesgos” y garantizar la independencia industrial y tecnológica frente a un proveedor “inestable”.
“No queremos decoupling, pero sí vamos a de-risk”, resumió el secretario.
Un mensaje directo desde la Casa Blanca
La advertencia refleja el enfoque estratégico de la administración Trump, que combina proteccionismo económico y seguridad nacional. Con el control de las tierras raras en el centro del tablero, Washington busca limitar la influencia industrial china y blindar sectores clave frente a posibles presiones externas.
En los próximos meses, el seguimiento del acuerdo comercial y los avances en la lucha contra el fentanilo serán determinantes para medir si la tregua entre las dos potencias logra sostenerse o si, una vez más, la guerra comercial vuelve a encenderse.








