

Una nueva disputa geopolítica ha reavivado las tensiones entre las dos principales potencias del mundo. Estados Unidos y China se enfrentan nuevamente por el control de un recurso vital para la economía global.
Beijing ha amenazado con restringir el acceso a este insumo estratégico, lo que ha encendido alarmas en Washington y entre sus aliados que dependen directamente de su provisión.
A pesar de que las negociaciones buscan evitar un desenlace extremo, el riesgo de una escalada con repercusiones globales permanece latente.
¿Llega la Tercera Guerra Mundial?: la clave estratégica para la tecnología moderna
Estos elementos son esenciales para:
- La fabricación de imanes permanentes utilizados en autos eléctricos, turbinas eólicas y armamento militar.
- La producción de smartphones, baterías de alto rendimiento y tecnología satelital.
- Aplicaciones médicas avanzadas y equipos de resonancia magnética.
Las tierras raras constituyen un conjunto de 17 elementos químicos que son fundamentales en diversas industrias de alta tecnología. A pesar de que su denominación sugiere una cierta escasez, su verdadera importancia radica en el complejo proceso de extracción y refinamiento, el cual se encuentra predominantemente concentrado en China.

El dominio chino en el mercado y que impacta a EE.UU.
Este dominio no solo es económico, sino también estratégico: al controlar las etapas más críticas de la cadena de suministro, Beijing puede ejercer una fuerte influencia sobre el mercado internacional.
Según datos del U.S. Geological Survey, China produjo en 2023 aproximadamente el 70% de las tierras raras a nivel global y concentró cerca del 90% de la capacidad mundial de refinado.
Esta posición le otorga una ventaja comercial y geopolítica frente a otros países, en especial Estados Unidos, que depende de estos minerales para industrias clave como la tecnología, la defensa y la transición energética.

La alianza entre EE.UU. y China sobre tierras raras:
En el transcurso de una serie de negociaciones bilaterales en Londres, Estados Unidos alcanzó un compromiso con China para agilizar el envío de tierras raras a las industrias norteamericanas. El acuerdo fue anunciado por el presidente Donald Trump como parte de un nuevo marco de entendimiento comercial.
Los principales puntos de las negociaciones fueron:
China eliminará ciertas trabas burocráticas que demoraban el acceso a minerales críticos por parte de empresas estadounidenses.
A cambio, EE.UU. se comprometió a suspender medidas como la revocación de visas a estudiantes chinos en universidades norteamericanas.
El acuerdo fue definido como un "marco" provisorio, que allana el camino para futuras negociaciones, aunque sin garantías firmes de cumplimiento.
Riesgo latente de ruptura
A pesar del optimismo inicial, expertos consideran que se trata de una tregua frágil. La administración Trump ha demostrado una estrategia comercial volátil, con aranceles que fluctúan sin previo aviso y una política de presión que frecuentemente debilita la confianza internacional.
El verdadero poder de China en este conflicto radica en su capacidad de cerrar el grifo del suministro de tierras raras en cualquier momento. Esa amenaza, según analistas internacionales, podría convertirse en el detonante de una disputa mucho mayor, con efectos colaterales en toda la economía global.











